Afganistán

Un cese anunciado

La Razón
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El esperado encuentro entre Stanley McChrystal y Barack Obama duró 30 minutos y terminó con la esperada destitución del militar como comandante de las tropas de EE UU y la OTAN en Afganistán. Al presidente estadounidense no le quedaba más remedio que tomar esta drástica determinación si no quería aparecer ante la sociedad y en el resto del estamento militar como un timorato incapaz de castigar las inapropiadas críticas formuladas por el jefe de la misión afgana contra altos cargos del Gobierno, incluido el propio Obama. Es más, hay quien ha llegado a considerar que las palabras pronunciadas por McChrystal podrían ser consideradas como una insubordinación militar.El cese del general tuvo lugar antes de la reunión prevista para abordar la estrategia en Afganistán a la que, sin embargo, sí había sido convocado y puede ser valorado como un triunfo de quienes se oponían a sus teorías sobre la paz en aquel país. De hecho, el reportaje, titulado «General incontrolable», presenta una división entre la Casa Blanca y algunos miembros de las fuerzas armadas, partidarios de David McKiernan, el antecesor de McChrystal, y su táctica más convencional. Curiosamente, casi la única persona que ha salido a defender al militar depuesto ha sido el presidente afgano, para quien la puesta en práctica de las teorías de McChrystal resultaba fundamental para un país que se encuentra ante un cambio en la guerra contra el terrorismo y en las aspiraciones de paz y estabilidad. En este sentido, su partida dañará la cadena de mando en un peligroso momento de la impopular guerra, que ya dura nueve años.