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Paco Mir tres en uno
A Paco Mir le persigue el número tres desde hace más de 35 años, los que lleva junto a Carles Sans y Joan Gràcia jugando a hacerse el mudo como Tricicle. Pero la profesión sabe que habla, y bastante, cuando cuelga el mono de mimo y le sale la vena de director de escena. Cada vez más solicitado en esta faceta y con una inquietud que le hace generar proyectos sin parar, tiene voz y propia porque, además, escribe obras de texto. Si sumamos todas esas facetas no les parecerá extraño que tres títulos tocados por su mano suban a las marquesinas de Madrid.
Pero vayamos por partes, la primera, que bajará del cartel –este fin de semana– es la opereta «Candide», que Leonard Berstein estrenó en Broadway en 1956 y que nunca se había visto en España. La versión de Mir, que también ha moldeado el texto, exprime el lado bufo de este texto sobre la candidez inspirado en el original de Voltaire: «Me pareció modernísimo, lo descubrí en la época de "El jueves"y "Hermano lobo". Fue una sorpresa total que hicieran chistes tan parecidos», comenta Mir. Inspirado en una producción del Lincoln Center en versión concierto, el director ha colocado a la orquesta sobre el escenario, pero además de hacer su función interactúan con los actores y el coro. El miembro de Tricicle celebra haber coreografiado una pieza con tal número de elementos: «Un sueño, habría que pagar por realizarlo. Es algo así como lo que le ocurre al director de orquesta que tiene a más de sesenta personas para que hagan lo que él decida. Este tipo de espectáculos sólo se puede hacer con orquestas subvencionadas. Además, esta vez me ha tocado una formación joven que está deseando experimentar. Lo mismo que el coro, que no hay que convencerles de nada». Se trata de la Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, con Manuel Coves a la batuta.
«¿Me enseñas la sardina?»
«Qué desastre de función», de Michael Frayn, no es en realidad un estreno, pues es una producción que lleva girando 15 años y que se publicita como «La comedia más divertida jamás escrita». ¿Por qué? Mir esgrime, primero, que es una comedia deseada por el reparto, pues se trata de teatro dentro del teatro. Primero asistimos a la representación de «¿Me enseñas la sardina?». Según el director, «un espectáculo espantoso, pues tiene todos los tópicos de la comedia casposa». Y luego nos muestra lo que les ocurre a los protagonistas entre bambalinas: «Interpretar algo sobre actores nos hace mucha gracia a la gente de la profesión. Además tiene personajes muy marcados, lo que hace que los intérpretes disfruten más aún», continúa el catalán. Además, defiende que se trata de un caso de escritura milimetrada: «Es un "quid pro quo", todo lo que se plantea en el primer acto se desarrolla en el segundo y tercero. Nada de lo escrito está por estar». Pep Planas, Meritxell Huertas, Aleix Albareda, Anna Barrachina, Mònica Pérez, Artur Trias, Miquel Sitjar, Dafnis Balduz, y Saida Lamas son la «troupe» que se presta a este doble desafío. En todos estos años de gira, el director ha ido puliendo la obra y en esta última reposición «ha tocado vaciarlo, como en el peluquero, y no se ha notado nada. Hemos cortado más de quince minutos porque con las risas se hacía demasiado larga. Resulta más ligera», argumenta Mir.
Este hombre orquesta de la comedia también domina la escritura, desde televisión hasta historietas para «TBO» o «El jueves». Una muestra podrá verse en la sala Azarte gracias a «Roma», que, a pesar del título no tiene nada que ver con la Antigüedad clásica, ni tampoco con la que acaba de abandonar Berlusconi.
El tiempo y la pareja
«Se me ocurrió este título porque la escribí en el hotel mientras representaba con Tricicle en esa ciudad». Se trata de un juego de dobles parejas que, en realidad, son la misma, pero con 20 años de diferencia: el inexorable paso del tiempo. De ahí que sea un cuarteto de actores quien la represente: Javier Cifrian, Sebastian Haro, Inma Ochoa y Paola Matienzo, bajo la dirección de esta última. «Hay atisbo de esperanza al final. Es una comedia, pero me ha salido un poco trágica. La gente llora sin dejar de reír. Yo soy el primer sorprendido», declara.
Acostumbrado a guisarse y comerse él mismo todo en el escenario, Mir confiesa cierta curiosidad por ver una mano ajena sobre sus textos: «Tanzim Townsend cogió unos monólogos míos de un minuto escritos para televisión y quedé alucinado de la visión que les dio. Ninguno de los textos que he escrito ha sido dirigido por mí. Así que el resultado a veces me gusta y a veces no».
Lo que esconden las bambalinas
La comedia «Qué desastre de función» explota la curiosidad de los aficionados al teatro por qué ocurrirá cuando los protagonistas salen de escena, pero Mir asegura que no nos perdemos nada: «Todo el mundo está concentrado y se convierte en una rutina». Paradójicamente, los momentos más divertidos para las compañías son «cuando ocurre alguna desgracia» y hay que buscar soluciones.
El detalle
ABIERTO A LA ÓPERA
Además de los tres montajes anteriores, Paco Mir ensaya estos días en Barcelona «Bit», el próximo estreno de Tricicle, previsto para mayo. Reconoce que hacer otras cosas fuera del grupo «es una bocanada de aire fresco porque nos conocemos hasta la saciedad». Pero como su tiempo es limitado, tiene que escoger muy bien los proyectos y solo hace aquello que le interesa de verdad, entre lo que no está, de momento, el drama. Sí probó con la zarzuela y no descarta la ópera seria, en caso de que se lo ofrecieran, porque le parece un universo con posibilidades.
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