Manuel Parra: «Mas es el peor presidente de la historia catalana»

BARCELONA- En septiembre, como resultado de varias iniciativas en la red, un grupo de gente organizó una concentración en Barcelona el 12 de octubre. A la vista del éxito cosechado formaron el movimiento cívico de España y catalanes.
–¿Cuál es su objetivo?
–Queremos hablar de un sentimiento compartido que a veces no aflora porque es una obviedad y, a priori, las obviedades no se defienden, se viven. En este caso sí, y es que Cataluña es España. Y cuando un deportista tiene éxito, su trayectoria profesional en Madrid, en Sevilla o en Barcelona se vive igual. Nuestro proyecto es vivir con naturalidad que somos catalanes y españoles.
–¿Hay conflicto entre Cataluña y el resto de España?
–No a nuestro juicio. No es que España se rompa, pero lo que hay es una serie de procesos de tensión interesados. Quieren crear una dinámica de recelo y eso produce penas.
–¿Cómo ven las elecciones catalanas?
–Con cierta preocupación. Vemos que es una de las elecciones más importantes que ha tenido Cataluña y una oportunidad histórica para, como reza nuestro lema, darle la vuelta. Creemos que nuestro mensaje está calando, y que la gente se da cuenta de los errores de bulto que han cometido los separatistas de vender algo que no tenían en la mano. No obstante, la verdad es que hay una buena sintonía. Pese a la política, los catalanes y el conjunto de los españoles vivimos con normalidad la fraternidad de nuestros pueblos.
–¿Y cómo percibe el estado de ánimo de los catalanes?
–Estamos en una crisis muy profunda, con un paro desbocado y muchos desahucios. No es el momento de independencias, sino de mejorar la calidad de vida de la gente. Y esto se consigue poniendo diálogo donde hay cruce de barbaridades. Poniendo «seny» (razón) donde hay «rauxa» (arrebato). En época de crisis no se puede añadir elementos que perjudican la salida de esta crisis.
–¿Qué opinión le merece Artur Mas?
–Ha sido de los peores presidentes de la democracia en Cataluña. Ya cuando era jefe de la oposición se vislumbraba lo que haría como presidente. En las hemerotecas queda su visita al notario o los pactos a escondidas de Montilla con Zapatero. Ha demostrado además que es un mal gestor. Y ha demostrado que en el mundo, en Europa y dentro de España le han tomado como una persona desmedida que ha tenido que tragarse sus propias mentiras.
–¿Qué futuro le espera a la asociación tras las elecciones, sobre todo teniendo en cuenta la previsible victoria convergente?
–Nosotros apostamos por que más allá de las elecciones nuestro movimiento va a continuar. De hecho, el día 6 de diciembre convocaremos a la ciudadanía para recordar que la Constitución de la concordia, que fue votada por la inmensa mayoría de los catalanes, todavía está para ampararnos.