Alicante
Preparados listos por Cecilia GARCÍA
Rodríguez Zapatero sonríe sin enseñar los colmillos, Rubalcaba también pero enseñándolos, Carme Chacón ofrece un gesto serio, de estadista en prácticas... La política también es un estado de ánimo y ayer por sus gestos se sabía muy bien quién estaba de vuelta y quién, quiénes, de ida. El domingo «después de...» el presidente del Gobierno se puso el traje de mitin y se mostraba cómodo en sus hechuras. Zapatero en Murcia, como todos los presidentes en fuga, habló de la política internacional –territorio donde se sienten más sueltos– de orgullo y de humildad. La estrategia del PSOE en las municipales está clara: van a convertir la elección al próximo secretario general en su mejor aval de partido democrático. Es la realidad de un Zapatero crecido que, en su adiós, vende la democracia interna como algo excepcional cuando debería ser lo común.
Rubalcaba fue recibido en Palma a gritos de «presidente, presidente», no con naturalidad sino con el vértigo de que puede serlo. Misma consigna: «Ya que Zapatero se ha movilizado, agitándonos a todos, ahora lo que toca es movilizar a la ciudadanía para darle una alegría al "ausente-presente» el 22-M». No habló de su candidatura quizá porque no hay nada que decir de tan cantada que está. Parecido guión siguió Carme Chacón, que también se intenta amoldar a los halagos en forma de «presidenta, presidenta» con una actitud natural como quien ignorase que está haciendo ya campaña para las primarias con la excusa de las municipales. Lo hizo en Alicante más reconcentrada que concentrada, huérfana de un punto de espontaneidad. Cuestión de rodaje y cuestión de creérselo.
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