Berlín

La Navidad se adueña de Berlín

La Navidad se adueña de Berlín
La Navidad se adueña de Berlínlarazon

Adentrarse en el mundo de luces, sabores y aromas de los mercadillos navideños puede resultar una forma idónea para tomarle el pulso a una ciudad. En el caso de la capital alemana, con la proximidad de la Navidad se transforma en un espectáculo difícilmente comparable. En Berlín cada barrio hace gala de su propio mercado invernal con todo tipo de productos, fundamentalmente de mazapán, postres de pudding y pan de jengibre, todo ello bajo el característico aroma del vino con especias denominado «Glühwein», tan popular en esta época y que se sirve caliente a los viandantes para combatir los rigores del final del otoño.


Uno de los centros neurálgicos de la metrópoli es el llamado «Mercado de los Gendarmes» («Gendarmenmarkt», situado en la Gendarmenplatz), custodiado por dos iglesias gemelas, un punto de partida perfecto para imbuirse en el aroma a canela del vino y disfrutar de la artesanía, otra de las especialidades de la región. En sus puestos resulta inevitable caer en la tentación y comprar alguna de las miles de figuras, belenes y juguetes labrados en madera, castañas asadas o contemplar in situ a los sopladores trabajando el vidrio o a los carpinteros tallando los adornos propios de estas fechas.


«¿Dónde queda el centro?», se preguntan muchos turistas al llegar a Berlín. La capital alemana se exhibe ante los visitantes en diferentes puntos neurálgicos, todos muy distintos. Tanto es así que la ciudad no sólo tiene una ópera, sino tres. En cada uno de sus célebres distritos, la metrópoli prepara por todo lo alto las celebraciones para conmemorar su 775 aniversario. Recorriendo la ciudad en cualquier dirección, es difícil no toparse con alguno de los 50 mercadillos tradicionales que ya jalonan la urbe (y que mantienen así viva una costumbre que se remonta al siglo XV), y se unen a los ya célebres espacios de antigüedades, libros, ropa, muebles...