Julio Aparicio abandona los ruedos temporalmente

No es de extrañar cuando, escuchar el nombre del diestro sevillano, todavía conlleva el recuerdo de una imagen díficil de olvidar. Desde esa fatídica tarde, este San Isisdro, han pasado varios meses pero el cuerpo del torero le reclama una parada en el trayecto. El pasado 17 de agosto, en Marbela, llegó el primer aviso. Aparcio no hacía el paseíllo tras sufrir una fuerte deshidratación. En declarciones a LA RAZÓN, Javier González cuenta los motivos de esta retirada y cómo se encuentra su torero, Julio Aparicio.

La «larga estancia que Aparicio tuvo que pasar en la UCI» parece ser la principal culpable de que el cuerpo de Aparicio no regenere tanto líquido, señala Javier González. Añade que, quizás, la recaída del diestro se deba a que todavía no se ha adaptado al «ritmo físico» que conlleva la vida de un torero. «Hay que recuperarse físicamente al 100 por cien».

Con una máxima en la cabeza: «ante un toro sólo se puede estar en perfectas condiciones» y, tras unas pruebas médicas que no daban buenos resultados, Javier González fuerza un acuerdo, entre caballeros, que se traduce en una retirada de los ruedos con regreso indefinido, pues «no hay ninguna prisa». Lo importante «es que él esté bien y se encuentre a gusto».

En lo profesional, se pierden, entre otros, Requena, Palencia o Ejea de los Caballeros, en sustitución de Cayetano, pero González recuerda que quedan «veinte corridas firmadas» que, después, «llegará América» y, seguro, «muchas más».