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De súbditos a ciudadanos

El documental "Yo y mi Majzen"cierra un fin de semana de celebraciones reivindicativas del Movimiento 20 de Febrero

De súbditos a ciudadanos
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Hubo tarta y bebidas. También cánticos -"Cumpleaños feliz"incluido-, bailes y sonrisas, muchas sonrisas. Uno no está acostumbrado a que las "primaveras"revolucionarias, aunque sean relativamente tan pacíficas como ha sido la marroquí (11 muertos se recordaron el domingo durante la manifestación), celebren sus aniversarios como si se tratase de un cumpleaños "casero". Parece raro, pero el Movimiento 20 de Febrero es diferente hasta en eso.

Sobre todo porque la alegría que destilaban ayer sus militantes podría hacer pensar que se sienten ganadores de su pulso al poder. Todo lo contrario. Un año después de que comenzasen sus protestas insisten en que "nada ha cambiado". Lo dice Saadia, la simpática "abuela"del primer vídeo en el que se convocaba a la protesta: "No hay más democracia, todo es un maquillaje para vender una buena imagen en el exterior".

Saadia, como otros dos centenares de simpatizantes del 20-F, no se quiso perder el estreno en Rabat del documental "Yo y mi Majzen", de Nadir Bouhmouch, que se proyectó simultáneamente también en una decena de ciudades en todo el mundo. En el filme, muy emotivo para muchos de los activistas, se repasa lo ocurrido en este año de protestas en Marruecos.

Ayer, mientras las manifestaciones se sucedían en la pantalla y sus protagonistas explicaban las presiones y el acoso que han tenido que soportar, el público aplaudía y se entusiasmaba cuando surgían las críticas a los políticos, al rey, al sistema... al Majzen, el medieval entramado de poder que se extiende por las regiones, las empresas, los organismos públicos y privados. Invisible pero omnipresente. Y sin embargo, ayer inexistente en una sala en la que se despellejaba a todo lo que olía a poder establecido.

Los aplausos se redoblan cuando los cánticos de "El Majzen debe desaparecer..."arrecian en una de las muchas marchas filmadas. Alguien aprovecha para recordar que Bouhmouch, que estudia en la Universidad de San Diego y ayer no pudo desplazarse a Marruecos, filmó muchas secuencias con una pequeña cámara para evitar que se la confiscasen. La película termina con una conclusión que refrendan los asistentes: "El Majzen continúa defendiéndose".

Por eso los integrantes del 20-F no se dan por satisfechos y anuncian que seguirán con sus protestas, aunque admiten que tendrán que variar su estrategia. Han conseguido cambiar algunas cosas, pero mantienen que su objetivo es conseguir una democracia real y el sistema que representa el Majzen no tiene cabida en sus planes. No se dan por satisfechos con los casos de corrupción que está aireando la Prensa en las últimas semanas, ni siquiera si los culpables acaban ante el juez, como parece probable, Quieren más. Quieren su dignidad como ciudadanos, no como súbditos.