Premios Goya
Ellas se llevan la palma
A falta de un día para que concluya, podemos asegurar que el comentario más escuchado en los corrillos de la Prensa especializada en moda, y también entre las decenas de estilistas, maquilladores y peluqueros del certamen, ha sido el siguiente: la 64 edición del Festival de Cannes llegará a su fin mañana superando con creces, y en términos de elegancia, estilo y glamour, a la gala de los Oscar.
Y no sólo porque en la última edición del evento americano de «red carpet» por excelencia haya dejado este año un mal sabor de boca a los enamorados de la moda más espectacular y fabulosa. El aburrimiento de los «looks» de este año fue considerable. También porque, cuestiones obvias, los Oscar duran una noche, y el festival de Cannes, 12 días. Si a esto le sumamos que algunas de las actrices y «celebrities» invitadas acuden a una media de dos eventos diarios, el número de «looks» que desfilan sobre la alfombra roja al final del festival es notable.
¿El veredicto? Indudablemente positivo. Aunque ha habido «desastres» estilísticos notables y hasta fantásticos. Algunos de ellos han sido el vestido-bandera que se atrevió a llevar Zoe Saldana en la première de «El árbol de la vida» (cuesta creer que fuera un «alta costura» de Armani), el Marchesa horroroso de Rachel McAdams en encaje rojo y gasa nude o el «patinazo» de Salma Hayek, adicta a Gucci (su marido, François-Henri Pinault, es dueño de ésta y otras lujosas firmas de moda) y, aunque estupenda de Gucci Première en la ceremonia de apertura del festival, falló con un «look» de día en cuero burdeos. Pero por encima de estos pequeños errores, los aciertos en forma de estupendos estilismos han sido la nota predominante. Se han respetado algunas de las principales tendencias actuales en las pasarelas y eventos de «red carpet», y así marcaron la pauta el blanco nuclear (protagonista absoluto), el azul noche, algo de negro y encaje y, en cuanto a joyas, los diamantes y esmeraldas. Dando en el blanco se dejaron ver, de corto y de día, Rachel McAdams (de Maxime Simoens); Alexa Chung, de Chanel, o Astrid Berges Frisbey, la joven sirena de Piratas del Caribe, que también vistió de Chanel.
De largo lo lucieron Sarah Jessica Parker con detalles de crochet y firmado por Dolce & Gabbana; Jane Fonda con un atrevido Emilio Pucci, o Natalia Vodianova, de Calvin Klein Collection. Aunque para fans del color blanco, Marisa Paredes, que lo lució, también de Calvin Klein Collection, tanto en la rueda de prensa de «La Piel que habito» (de corto) como en su estreno (de largo). O Uma Thurman, que lo escogió hasta en tres ocasiones: dos de largo, de Versace (ceremonia de inauguración) y Chanel Couture (estreno de Piratas del Caribe), y una de corto, de Dolce & Gabbana.
El negro se dejó ver sutilmente, en Nieves Álvarez, por ejemplo, que también lo vistió en dos ocasiones: de día, en Moschino, y de noche, en Alberta Ferretti; también en Paz Vega, estupenda con escotado vestido con mangas de gasa transparente de Roberto Cavalli; Elena Anaya, con un strapless de Elie Saab, o la top Karolina Kurkova, con plumas y encaje chez Chanel Couture. Aunque fue el azul noche, eterno candidato a sustituir al reinado del negro en los eventos de noche, la segunda tendencia más vista. Kurkova, de nuevo, lo lució en un precioso vestido strapless con sobrecapa de microtul y paillettes, de Arman Privé, firma que también escogió, aunque de su colección más comercial, Giorgio Armani, la veterana Claudia Cardinale, que lo combinó con impresionantes esmeraldas de Bvlgari, o Bar Rafaeli, sosa aun yendo en calidad de embajadora de Chopard, pero muy acertada con su Roberto Cavalli con estratégicas y sexys aberturas en el escote. Aunque no podemos olvidar el fabuloso y floral estampado Elie Saab de Sarah Jessica Parker, el sofisticado y sexy Atelier Versace de Angelina Jolie o el que sin duda ha sido uno de los looks más glamourosos de todo el Festival: el vestido de Marchesa de Penélope Cruz. El «Oscar de Cannes», sin duda, va para ella.
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