Londres

Lady Goga la reina del oro negro

Tiene la virtud de saber estar en el lugar adecuado, en el momento oportuno. Rica, exuberante y seductora ha hecho de la excentricidad y de la ambición un traje a medida para desfilar por los círculos más elitistas. Su biografía, sin embargo, está rodeada de misterio.

LABIA Y SEDUCCIÓN: Goga Ashkenazi es una exitosa empresaria de origen kazajo que pagó en mano 32 millones por su casa
LABIA Y SEDUCCIÓN: Goga Ashkenazi es una exitosa empresaria de origen kazajo que pagó en mano 32 millones por su casalarazon

Presume de una meteórica carrera como empresaria, pero su éxito social apenas logra desviar la atención sobre su origen. ¿Cómo ha pasado de ser la desconocida acompañante de Flavio Briatore –con el que se le fotografió mientras hacía «topless» en su yate– a conocer a la mismísima reina de Inglaterra? La explicación, una vez más, pasa por el vilipendiado príncipe Andrés.

Las amistades del hijo menor de la reina Isabel están siendo muy cuestionadas en los últimos días: su relación con Saif al-Islam –hijo de Gaddafi y favorito en la sucesión del dictador libio– o con el yerno del depuesto presidente tunecino Ben Ali, sólo han sido dos de los peligrosos vínculos en la agenda de contactos del duque de York. Pero aún faltaba conocer a otro de sus amigos: el multimillonario Jeffrey Epstein, un estadounidense acusado de proxenetismo de menores y responsable de que el cargo del príncipe Andrés como representante de comercio exterior para Reino Unido se haya vuelto a quedar en jaque. Sin embargo, mas allá de los varones que conforman el círculo social del duque de York, poco se ha dicho de sus amistades femeninas, entre las que destaca la vibrante Lady Goga, que se ha convertido en su amiga íntima y confidente.

Dudosa defensora

Eso sí, la lealtad de Lady Goga hacia el príncipe Andrés podría cuestionarse si se tiene en cuenta que ha sido la primera en airear los temores de su amigo. Según desveló al periódico «Evening Standard», el cuestionado duque de York le escribió un mensaje en el que confesaba tener miedo a perder su puesto de trabajo a raíz de lo que muchos definieron como sus «amistades peligrosas». Aunque Lady Goga hizo públicas las confesiones de su amigo, no dudó en salir al paso para defender su trabajo y honestidad. Pero puede que la comparativa que empleó no fuese la más apropiada: «Si creéis que Andrés es extravagante, mirad a Berlusconi», comentó a los medios.

Goga Ashkenazi es una de las mujeres más exitosas en la élite social británica, pese a su juventud –acaba de cumplir 31 años–. Saltó a los medios como la misteriosa acompañante del príncipe Andrés. Los rumores se desataron cuando el duque de York acudió con ella a la célebre reunión en Ascot, en 2007. Allí se dejaron ver en una amena jornada en la que reían cómplices en el palco ante la atenta mirada del público. Fueron muchos los que especularon si la joven habría conquistado el corazón del príncipe, ya que cuando inició su relación con Sarah Ferguson también eligió Ascot para presentarla en sociedad. Sin embargo, sus protagonistas siempre la vendieron como una estrecha amistad, y el duque de York acabó incluso presentándole a la reina Isabel II durante este encuentro.

Los medios empezaron a hacerse eco de la extraña relación entre el príncipe Andrés y la atractiva joven de origen kazajo tras una cena en la que pasaron varias horas en el interior de un restaurante chino. Sólo habían transcurrido tres días desde que Lady Goga había dado a luz a su hijo, pero no dudó en acudir a la cita programada con el duque. Por este motivo, se llegó a afirmar que el príncipe Andrés era el padre del recién nacido. Sin embargo, la historia sobre la paternidad de su hijo era todavía más impactante. La empresaria –que en 2006 había puesto fin a su frugal matrimonio con un heredero estadounidense– mantuvo una aventura con el yerno del presidente de Kazajistán. Aunque estaba casado, Timur Kulibayev reconoció que era el padre del niño. La propia Lady Goga se atrevió a bromear sobre esta situación: «Tengo el sueño de toda niña, un príncipe en un brazo y un multimillonario en el otro». Pero los tentáculos de esta historia no terminaron ahí. Cerrando este particular triángulo de relaciones, fue el mismísimo Timur quien compró una de las viviendas del duque de York por tres millones de euros más de lo que estaba valorada en el mercado. Al respecto, Lady Goga sólo se limitó a opinar que su ex amante habría recibido órdenes de «no regatear con la familia real».

Empachos y excesos

Aunque todos apuntan a que Goga Ashkenazi amasó su fortuna con el negocio petrolero, nadie sabe a cuánto asciende su riqueza. Lo que sí se conoce es cómo la gasta: su casa en Londres está valorada en más de 32 millones de euros, –un dinero que pagó en efectivo porque detesta la compra a crédito–, su hijo de cuatro años se lava con agua de Evian –extraída de altas latitudes en los Alpes franceses–, el techo de su comedor es de oro y entre su personal de servicio cuenta con tres niñeras para su hijo de cuatro años.

En contra de lo que pudiera parecer, Goga Ashkenazi niega categóricamente ser una mantenida y lleva a un extremo patológico su afán por destacar como mujer de negocios. «Quiero conquistar el mundo», aseguró a un periodista del «Daily Mail» mientras sonreía.