Gobierno de España
Hablar y comer
Rubalcaba dijo ayer por la tarde, justo después de acabar su reunión con el presidente Rajoy, algo así como que «es muy bueno para España y los españoles que nos reunamos para hablar y para comer». Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con él, aunque con matices. Está claro que frente a un plato de alcachofas, una chuleta de Ávila, un buen vino y supongo que luego unos excelentes puros, a los que ambos son tan aficionados, las cosas se ven de otra manera. Sin embargo, y éste es el principal pero, se espera del jefe del Gobierno y del líder del principal partido de la oposición que se pongan de acuerdo en algo y que de sus encuentros salgan medidas concretas, especialmente cuando la situación económica es tan mala como ahora mismo. Y, ayer, los acuerdos y las medidas brillaron por su ausencia. Un ejemplo: Rubalcaba anunció una enmienda a la totalidad del Decreto Ley de Reforma Laboral y destacó su profunda discrepancia con el texto. Por otro lado, Rajoy dijo que no está dispuesto a elaborar unos presupuestos que no sean verdad y, mucho cuidado con lo siguiente, señaló que «Europa tiene que hacer unas previsiones económicas y de déficit que sean realistas». Finalmente, en lo único que se pusieron de acuerdo es en que ahora no estaban de acuerdo en las personas para renovar los puestos del Tribunal Constitucional, el Consejo de RTVE y otros organismos e instituciones. Por este motivo se han dado de plazo hasta el verano para conseguir un acuerdo. Vale lo de hablar y comer, pero los españoles necesitamos algo más.
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