«Si la gente ve pulgas es que hay pulgas»

-Perdone, pero ¿no le da vergüenza anunciar el «Circo de las Pulgas» cuando no hay pulgas en su circo?-No. Si la gente ve pulgas, es que hay pulgas. Yo hago que las vean.-O sea, que crea una ilusión...-Sí. En eso consiste siempre el teatro: en crear algo de la nada.-¿Y es más fácil crear la ilusión de que hay pulgas que trabajar con pulgas de verdad?-Es más fácil y más saludable inventar las pulgas. Y así evito que me acusen de maltrato animal.-¿Qué le pone de malas pulgas?-La televisión que mata el espectáculo en vivo. La gente que no quiere volver a ser niño.-¿Qué es un domador de pulgas sin pulgas?-Un hombre feliz.-¿Qué ilusión es más difícil de crear?-La ilusión de la eternidad. Las pulgas sólo viven tres meses.-¿Qué ha aprendido de ellas, cuando las tuvo?-Que la vida es muy breve: un salto de pulga.-Ha sido muchas cosas; por ejemplo, buscador de oro en los Pirineos...-Sí, y lo encontré. Viví año y medio vendiendo unos pocos gramos cada semana. Pero no me hice rico.-¿Qué más ha buscado?-El amor. Y también lo encontré.-Y ahora, ¿qué le gustaría buscar?-El sentido de la vida. Pero sé que no existe. Diría como Picasso: yo no busco, encuentro.-Su compañía se llama «Pequeños milagros». ¿Cree en ellos?-Creo en los milagros humanos. La vida está llena de pequeños milagros.-Su personaje es un antiguo domador de fieras que se ha convertido en domador de pulgas. Claro, por la crisis.-Ja, ja, ja. Sí, las pulgas salen muy baratas y son más fáciles de alimentar.-¿Algún espectador ha salido de su espectáculo rascándose de mala manera?-Sí, por eso que llaman el efecto psicológico. Si creen que hay pulgas, se pueden llevar alguna pulga.-Ha hecho comedia, humor... ¿Qué le queda por hacer?-Títeres con hilos. -Ya: eso se lo deja a los políticos...