Un campus del siglo XIX

MADRID- Un campus universitario de primer nivel internacional instalado en un edificio del siglo XIX. Éste es el resultado del afán de la Comunidad de Madrid por traer a España, en realidad como primer país de toda Europa, una delegación de la prestigosa New York University (NYU). El Palacio del Marqués de Salamanca en Carabanchel ha resultado el lugar elegido para albergar la sede europea de la universidad norteamericana. El palacete es patrimonio de la Comunidad de Madrid, que estuvo a punto de convertirse en Bien de Interés Cultural (BIC), y cuenta con espacio más que suficiente para acoger a los 800 estudiantes procedentes de todo el mundo que vendrán a obtener sus estudios de grado y master.
La Quinta de Vista Alegre se ha considerado a lo largo del tiempo como el Retiro del Sur, un verdadero pulmón en Carabanchel, que se construyó cuando el distrito se encontraba en las afueras de Madrid y se veraneaba en la zona. La inauguración de los jardines se remonta al 28 de abril de 1825 y contaba con todas las caracterírticas y atracciones propias de la época, como fuegos artificiales o incluso un globo aerostático. El éxito fue tal que incluso en invierno permanecía abierto para que los madrileños se acercaran a disfrutar del espacio verde. Fue años más tarde, en 1858, cuando se puso a la venta y fue adquirida por el Marqués de Salamanca, que mandó construir el impresionante edificio que ahora se convertirá en campus.
Las instalaciones se encuentran en la actualidad sin un uso concreto y cuando vuelvan a ver pasar alumnos por sus pasillos no será la primera vez que lo hagan, ya que albergaron un colegio. Ahora, la instalación de este campus en un edificio y unos jardines cargados de historia de Madrid servirán para que la ciudad forme parte de la red global de NYU, que además de su campus de Nueva York, está desarrollando otros centros en todo el mundo y se enmarcaría dentro de una estrategia cuyo objetivo es convertirse en la primera universidad verdaderamente global. Ahora tan sólo hay que esperar a que la educación universitaria de primer nivel del siglo XXI conecte con el arte y la historia de hace dos siglos.