Desempleo juvenil
El fracaso de los planes de empleo
La lista de planes de empleo que ha puesto en marcha la Junta en los últimos años es mareante. Las dos ediciones del Plan de Transición al Empleo (Proteja), que dio continuidad al Plan E del Gobierno de Zapatero, el Memta, el Plan de Oportunidades Laborales (OLA) de rehabilitación de instalaciones educativas, el Motiva, el Proyecta, el último plan de reforestación y ampliación del OLA que anunció Griñán en su discurso de investidura de abril... Pese a todos estos planes, la comunidad no ha sido capaz de frenar la sangría del paro. Uno de cada tres andaluces no tiene trabajo y de éstos, casi la mitad, el 42,4 por ciento, no cobra ninguna prestación, según el último estudio de La Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social, que ponía además de relieve un dato estremecedor: tres millones de andaluces están en riesgo de pobreza. Pese al recurrido argumento por parte de la Junta de que es el Gobierno, con la reforma laboral y la estabilidad a ultranza, el que impide la reactivación económica, no hay que olvidar que es el Ejecutivo andaluz el que tiene las competencias en empleo, el que ostenta las políticas activas y el que planifica esta materia. Y el resultado es desolador. Quizá hubiera sido distinto si se hubiera hecho una eficiente inversión, a lo que no responde ni el fraude de los ERE (con 1.200 millones fuera de control) ni la implementación de los distintos programas. La Cámara de Cuentas ya detectó, es oportuno recordarlo, mal uso de fondos del Proteja que la Junta vehiculó a través de una agencia opaca como era Faffe.
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