José Tomás muestra signos de recuperación

Y lo hizo por una causa solidaria. El de Galapagar se pegó un baño de multitudes en las instalaciones de la Fundación de Síndrome de Down de la capital, que visitó para la colocación de la primera piedra del Centro de Atención Integral para adultos con discapacidad intelectual, posible gracias al apoyo de su fundación.

Allí, rodeado de los propios usuarios del centro, José Tomás caminó, subió las escaleras de los tres pisos del centro, firmó autógrafos y hasta se animó a subir al escenario para cantar su propio pasodoble con un grupo de mariachis mexicanos que acudieron para amenizar el evento. Sin duda, una gran noticia para los aficionados a la Fiesta, ávidos de buenas nuevas en unos momentos complicados tras la prohibición de los toros en Cataluña. Cualquier clavo ardiendo al que agarrarse es bien recibido y más si llega del número uno, el torero que más gente arrastra a los tendidos. No en vano, el madrileño, consciente de su poder mediático, no dudó en recoger el guante y alinearse con el resto de toreros ante la inminente reunión que mantendrán con la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde.

Ayer las sensaciones fueron inmejorables, apenas siete meses después de la cornada José Tomás no paró de sonreír y demostrar que ese duro trance, que vuelve a reivindicar la verdad del toreo, es ya prácticamente historia. Atrás parecen ir quedando la incertidumbre de las primeras horas tras el percance, las transfusiones de sangre, la salida del hospital y esa nueva operación para desbloquear el nervio y conseguir mayor masa muscular en la pierna. «¿Cómo han ido las últimas corridas?», le preguntó ayer lleno de inocencia uno de los chavales del centro. «Estoy de descanso», replicó el de Galapagar entregado. La vuelta del mito sigue quemando etapas cada día. Cualquier detalle como el de ayer lo arrima un poco más. Parece muy cerca, pero esa ilusión por vivirlo, nos hace verlo tan lejos...