Dos papas santos

«La fecha elegida alude al mundo obrero y a la Divina Misericordia»

Gian Franco Svidercoschi, vaticanista durante años de «L'Osservatore Romano», amigo y biógrafo del difunto Pontífice, explica a LA RAZÓN la simbología de la fecha elegida para la beatificación del Papa polaco.

Gian Franco Svidercoschi, italiano de origen polaco y periodista desde 1959, es autor de «Un Papa entre dos totalitarismos», «Historia de Karol», «Una vida con Karol» y «Un Papa que no muere», cuatro biografías y monografías sobre la figura de Juan Pablo
Gian Franco Svidercoschi, italiano de origen polaco y periodista desde 1959, es autor de «Un Papa entre dos totalitarismos», «Historia de Karol», «Una vida con Karol» y «Un Papa que no muere», cuatro biografías y monografías sobre la figura de Juan Pablolarazon

«El 1 de mayo es la fiesta de la Divina Misericordia, instituida por el mismo Juan Pablo II. No es una festividad como otras. La historia de la Divina Misericordia fue estudiada y cultivada por el Pontífice. Hizo incluso una encíclica sobre el tema, poco reconocida y recordada, la "Dives in misericordia", donde fijaba la misericordia divina como el fundamento, mucho más que la Justicia humana, de la dignidad del hombre. En este concepto de la misericordia del Papa está la síntesis de su pontificado». Que el 1 de mayo sea el Día del Trabajador también tiene su significado. «Este Papa se reapropió de las plazas, que durante muchos años eran el monopolio de la izquierda, la cual se había apoderado a su vez de palabras y valores que eran propiamente cristianos. Juan Pablo II además era un Papa que había sido trabajador, incluso fue obrero en una cantera de mármol. La beatificación de este Papa trabajador podría, por tanto, ser un momento de conciliación con ese mundo de la izquierda», afirma. En cuanto al proceso de beatificación, cree que se ha dado con todas las garantías. «Si no hubiera sido así, habrían terminado antes. El proceso para cerciorar el milagro ha alargado los tiempos. Ha pasado un año desde que éste fue examinado por los médicos. Hubiéramos necesitado más tiempo si el Papa hubiera decidido impulsar la canonización directamente. Hay, de hecho, una pequeña contradicción en los términos. La beatificación se reserva a quien tiene un culto local. Juan Pablo II supera claramente el culto local.

Benedicto XVI muestra la universalidad de este caso decidiendo que la ceremonia se celebre en Roma y que sea él quien la presida. De hecho podemos esperar que la canonización sea dentro de poco tiempo. Incluso dentro de sólo dos años. El Ayuntamiento de Roma pidió hace un año tres meses para organizarse.Vendrá tal vez un millón de peregrinos de todo el mundo. El amor de este Papa llegó hasta los confines de la tierra», concluye.