Puerto Real
Delphi y Chaves «vis a vis» al calor de las urnas
Madrid- Un nuevo conflicto laboral encendía la mecha de la agitación social en la Bahía de Cádiz en 2007. Los trabajadores de la factoría Delphi salían a la calle en defensa de sus puestos de trabajo después de que la empresa anunciara el desmantelamiento de la factoría de Puerto Real. Volvieron a los informativos las batallas entre los empleados y la Policía Antidisturbios en el puente José León de Carranza y se convocó una huelga general el 18 de mayo en toda la provincia. Todo eso, en vísperas de las elecciones, por lo que tanto el entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves, como el del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaron a bombo y platillo su compromiso con la plantilla. La frase utilizada, que se hizo famosa, fue «no dejaremos tirado a ningún trabajador de Delphi». Tres años después de aquello, quedan 580 por recolocar. La falta de soluciones, hizo que la Junta ofreciese a cada empleado entre 30.000 y 45.000 euros si le eximía de buscarle un trabajo. Con las urnas a la vuelta de la esquina, Chaves, ahora vicepresidente tercero del Gobierno, se reunió ayer con los sindicatos para mostrar sus «buenas intenciones» y recordarles los «esfuerzos» que se llevan a cabo para encontrar una «solución definitiva», y así, instalar «una empresa fuerte» en la zona.
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