Sevilla
«Big-bang» en el universo Monteseirín
Marset regresa para sustituir la penúltima de las bajas en el círculo de confianza del alcalde, debidas a escándalos judiciales y oportunismo político
SEVILLA- El adiós de Alfonso Seoane hace dos semanas dejó en los huesos la nómina de «hombres de Monteseirín», que en mayo de 2011 habrá cumplido doce años al frente del Ayuntamiento. Durante ese tiempo, el alcalde se ha rodeado de personas de su confianza, a las que otorgó cargos relevantes independientemente de su perfil. De aquella abultada cuadrilla inicial sólo quedan ya Manuel Marchena –actual vicepresidente de las empresas municipales y gerente de Urbanismo hasta 2007– y Francisco Fernández –delegado de Movilidad en este mandato y de Seguridad en el anterior–. Este último fue el causante de la primera baja importante: su mano derecha y vicealcalde, Emilio Carrillo, abandonaba en julio de 2008 a la vez la Delegación de Urbanismo y el bando «crítico» y hasta sonó como sustituto de Monteseirín. Ese acto de «coherencia personal y política» –como lo calificó el propio Carrillo– aupó al fallido «delfín», Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, a la posición de privilegio junto al regidor, asumiendo Presidencia, Urbanismo y la portavocía municipal del PSOE.
Con el camino cortado por el candidato en ciernes Juan Espadas, Celis emprendió el vuelo a la Consejería de Vivienda. Sitiado por los ediles «oficialistas», el alcalde busca ahora cobijo en los cargos llamados de confianza –de designación «digital»– para superar el último tirón. Nueve meses a los que le seguirá un «parto» duro. Antes de abandonar la primera línea política ha rescatado al único colaborador cuyo abandono devino por un ascenso político. Juan Carlos Marset regresa para sustituir a Seoane al frente de la Asociación para Promoción Exterior de Sevilla (APES) y con el encargo de impulsar la celebración del quinto centenario de la primera vuelta al mundo. El ex director general del Inaem y ex concejal de Cultura tiene, por tanto, trabajo asegurado hasta 2019.
Desde el inicio, Alfredo Sánchez Monteseirín hizo del Ayuntamiento su fortín. Así, dotó de cargo –y sueldo público– a personas de su confianza de las que con el paso de los años y, sobre todo, las tramas judiciales, ha ido renegando. Domingo Enrique Castaño y Manuel Gómez Lobo, el primero como asesor y el segundo como concejal de Vía Pública, acompañaron al alcalde durante dos tercios de su etapa. Dirigentes de la federación de asociaciones de vecinos Unidad y militantes socialistas, están siendo investigados por facturas falsas en la citada asociación. Castaño además está imputado en el «caso Mercasevilla» por la venta irregular de terrenos a la constructora Sando. Por la misma causa ha debido acudir a declarar en dos ocasiones este verano Seoane, entregado ya plenamente a su labor de director adjunto de la Federación Española de Baloncesto (FEB) tras once años de estrecha colaboración municipal.
A la marcha de Carrillo y Celis de la primera fila política, se ha unido esta semana el «alejamiento ideológico» del delegado de Movilidad. Francisco Fernández nunca antes había disentido públicamente de su mentor. Lo hizo el pasado miércoles para apoyar explícitamente al candidato Espadas frente a la ofensiva del alcalde, que sigue defendiendo que se celebren elecciones primarias para elegir a su sucesor. El «protegido» se revuelve contra su valedor, para seguir mirando a un futuro con delegación municipal en juego. «Big-bang» en el universo Monteseirín, donde ya sólo queda Manuel Marchena, al que un sueldo de 170.000 euros anuales le sigue mereciendo la máxima fidelidad.
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