Andalucía
«Las medidas de Zapatero son justas y consensuadas con la UE»
Es un hombre enérgico pero de fuerte raíz. La talentosa fotografía polaroid que adorna su recinto de trabajo en el Parlamento andaluz lo demuestra: la iglesia de la Granada de Moguer (Huelva), rincón «juanramoniano» donde nació. Casi cuatro décadas después ha asumido la Portavocía del Grupo Socialista aupado por Griñán pero en tiempos duros para la política...–El vicesecretario de su partido, Rafael Velasco, acusó al PP-A de no estar a la altura de las circunstancias en relación con el debate de las leyes locales por una estrategia electoral, ¿comparte la afirmación?–Coincido con Rafael. La posición de los partidos con respecto a esas leyes es política pero también debe ser institucional. Si el PP asume sólo el rol de oposición se equivoca porque está gobernando en ayuntamientos muy importantes. Creo que no terminan de verse como un partido de gobierno. No hablamos de un elemento del programa electoral socialista sino del desarrollo del Estatuto y de otorgarle la mayoría de edad, en términos económicos, a los ayuntamientos. Frente a eso, la actitud del PP está siendo partidaria. Además, a la hora de presentar las enmiendas no han sabido interpretar el consenso del Consejo Andaluz de Concertación Social, donde sus propios alcaldes les han dado el «sí». A ello hay que sumar que sus enmiendas son un desastre en términos de gestión, sobre todo la referente a la ley de participación en los ingresos de la región.–Explíquese... –Si se aplicara el criterio de financiación que han planteado, sólo las capitales perderían 100 millones de euros en el marco que estamos legislando. No sabemos si se han equivocado pero no han rectificado y hay una confrontación importante entre el partido y sus alcaldes.–¿Confían aún en lograr al menos el respaldo de IU? Han anunciado movilizaciones...–La posición de su dirección es bastante más responsable que la del PP. Se ha dado un paso sustancial que tiene que ver con el consenso que se ha producido en la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y en el que IU ha jugado un papel importante. Nuestra actitud ha sido de diálogo sin límite y, fruto de ello, en el dictamen de la comisión se aprobaron 30 enmiendas a IU y al PP, sobre todo, a la primera. De hecho, la coalición se abstuvo, no votó en contra. Espero que se sumen porque estamos terminando la arquitectura institucional de la comunidad autonónoma.–¿Apoya el Grupo Parlamentario Socialista los recortes propuestos por Rodríguez Zapatero?–Las medidas anunciadas por el presidente son adecuadas y fruto del consenso que se ha producido en el ámbito europeo. Estos días estamos conociendo cómo otros países están presentando iniciativas de similares características y alcance en el conjunto de la UE. España, como pieza fundamental de la construcción del proyecto europeo no puede por menos que sumarse. Son medidas justas, que responden al momento económico que vivimos y que suponen la asunción de la responsabilidad por parte de quien gobierna, aunque eso no sea del gusto de algún colectivo. Se ha realizado un reparto proporcionado, razonable y progresivo de las cargas que hay que hacer para afrontar la situación. Y se ha hecho de manera atinada y sobre una base fundamental para el PSOE: no tocar ningún elemento básico del Estado del Bienestar. Se ha garantizado el núcleo fundamental del sistema de pensiones, la dependencia, la sanidad, la educación y las coberturas por desempleo. Se han hecho los ajustes necesarios, y que serán eficaces, sin perderle la cara a los ciudadanos.–Se ha criticado que un Gobierno de izquierdas haya tomado decisiones a contrapelo y no anunciara junto al decreto medidas para sectores como la banca o las rentas más altas... ¿Se hará algo en la comunidad en ese sentido?–No ha habido recortes de políticas sociales. Se han reasignado recursos y pedido un esfuerzo a colectivos que, como el caso de los funcionarios, han visto incrementada su capacidad adquisitiva en los últimos años. Antes de tomar medidas aquí hay que estudiar las aprobadas en Madrid. Además hemos oído al presidente del Gobierno decir que las reformas van a seguir. Se ha apuntado la posibilidad de introducir una cláusula de salvaguarda de la capacidad adquisitiva de las pensiones y está pendiente la reforma laboral.–¿Y habrá acuerdos con el principal partido de la oposición?–Su actitud es la diferencia fundamental con respecto a los países de la UE. Tenemos al partido más frívolo de la Unión. Javier Arenas ha planteado ya, sin ninguna vergüenza política, una moción de censura al presidente. Cuando hay que dar estabilidad económica y política al país se apunta al festín de la irrresponsabilidad y se convierte en el sumo pontífice de la frivolidad y del trilerismo. Me preocupa la actitud antipatriota del PP, que no está ayudando. Quien se envuelve en la bandera de España cada vez que tiene ocasión, ahora también en la del andalucismo porque toca, quien tiene todos sus complementos de adorno personal rojo y gualda, cuando llega el momento de defender de verdad al país se transforma en el capitán de la frivolidad. No en vano, el político peor valorado por los españoles es el jefe de la oposición.–En relación con la opinión ciudadana sobre la clase política, a la que ahora consideran un problema, ¿se dará algún paso contra la corrupción en Andalucía?–En esa apreciación tiene mucho que ver el tránsito de estos meses muy duros de crisis. Cuando alguien no sabe si llegará a final de mes, pone la televisión y encima ve un corral de gallos peleándose en vez de gente que, desde la reflexión sosegada, es capaz de poner sobre la mesa y acordar medidas, termina desconfiando de la política. Y si, además, una parte importante de las noticias relacionadas con los políticos tienen que ver con un caso de corrupción de las dimensiones del «Gürtel», con políticos que reciben regalos y personal que se lo ha estado «llevando calentito», incluso aprovechando la visita del Papa... El Gobierno no ha dejado de plantear medidas, el PP sólo ha dicho «no». Su estrategia me recuerda a la campaña de una organización de ayuda contra la drogadicción que era un «no» blanco enorme sobre fondo negro. Comprendo que los ciudadanos se pregunten para qué servimos y en eso tenemos responsabilidad todos. Hay que trabajar en términos de transparencia. Los políticos no tenemos que asumir culpas ante un caso de corrupción, porque de eso se tienen que ocupar los jueces, pero sí debemos dar explicaciones y eso el PP no lo ha hecho.–Pues según los populares, es el PSOE el que no ha permitido que se cree una comisión de investigación en la Cámara autonómica en años...–Hay que utilizar las instituciones para lo que están definidas. El Parlamento es la Cámara de la soberanía popular y de la representación de las aspiraciones de los andaluces, no una instancia paralela del PP. No pueden pretender hacer juicios paralelos y convertir a sus diputados en fiscales, al Gobierno en acusado y al Grupo Socialista en abogados defensores. Quieren usar la institución como un altavoz de sus estrategias judiciales y ahí no nos va a encontrar nunca. Tienen a las estructuras del Estado de Derecho, a los juzgados, para lo que consideren que es objeto de vigilancia judicial.–Ya suman algunas demandas...–No, al final no las ponen. Es peligroso que en democracia cuando se le piden explicaciones a un responsable político la respuesta sea una medida coercitiva para que no se haga. Yo no acuso a Arenas de nada, le pido explicaciones porque fue secretario general del PP en los años de esplendor del «Gürtel». Quien ha gobernado internamente el partido, pared con pared con Luis Bárcenas, sabe cómo funciona. Explicaciones les vamos a pedir y que pongan todas las querellas que quieran. El que el PP, con la incertidumbre de la crisis, esté a un punto del PSOE, según el último sondeo oficial del Centro de Investigaciones Sociológicas, demuestra que no está haciendo las cosas bien. Se le ve demasiado el colmillo.–¿Volviendo a la Administración, considera necesario regular los 317 entes públicos de la Junta que existen? –Es curioso el lenguaje. Para referirse al sector público andaluz se han usado términos como «entramado» o «red», como si hablaremos de una mafia y no de la utilización, conforme establece la legislación, de fórmulas mercantiles distintas a la Administración directa para la prestación de servicios públicos. Hablamos de la empresa número uno en España en gestión de emergencias sanitarias, de la que construyen los chares en la región, de la que se encarga de luchar contra los incendios forestales... El PP mancha y sataniza esas herramientas pero en el fondo esconde una agenda oculta de privatización de esos servicios. En el fondo quisiera que detrás de ese sector empresarial público hubiera otro privado que, con toda seguridad, integraría gente de orden y cercana a los intereses del PP. Ojo con el proceso bestial de privatización que se está defendiendo de verdad. Eso no quita que se haya puesto en marcha un proceso de reorganización del sector con una doble intención: garantizar la prestación de los servicios, y hacerlo en las mejores condiciones posibles para los trabajadores y la gestión de recursos públicos.–¿Pero cree que el sector está o no sobredimensionado?–Eso lo marcará el diagnóstico de la Junta que se está haciendo y con el que habrá que establecer cuál tiene que ser su tamaño correcto y su organización. –¿Cree grave el error en la votación de la Ley de Aguas que les hizo aprobar enmiendas del PP? ¿A qué se debió? –No va a tener ninguna trascendencia práctica ni en la conformación de la ley como se había pactado con los agentes sociales ni en la entrada en vigor de la norma desde el primer segundo que estaba previsto en el proyecto. Se produjo por una confusión muy sencilla: se enumeraban una serie de enmiendas, cuatro decenas, y en un momento determinado no se sabe si se continúa haciéndolo o se está sometiendo a votación el dictamen final. Es un error humano que se ha producido en el Parlamento andaluz y en el Congreso en otras ocasiones. Lo importante es que la ley se aprobará y entrará en vigor como estaba previsto. La democracia andaluza está muy viva y tiene un diseño muy racional que permite que las cosas se resuelvan con facilidad. El reglamento lo posibilita. –Su homóloga en el PP-A, Esperanza Oña, se refirió a usted como el «doberman» del PSOE, ¿algo que decir?–No me atrevo a comparar la raza canina con los diputados del PP pero la actitud en general del grupo refleja preocupación ante la renovación que se ha producido en el PSOE, que ha fortalecido el proyecto y ha debilitado el del contrario. Frente a nuestro candidato en 2012, José Antonio Griñán, que refleja la modernidad, el presente- futuro y la estabilidad en una época complicada, tenemos a un PP desarbolado, que se ha creído las encuestas y que puede ir de victoria a victoria hasta la derrota final. Tiene un candidato repetidor y que siempre acaba suspendiendo.–Griñán tampoco es una novedad o una apuesta joven...–Nadie puede negar que es un estilo y una manera nueva de hacer las cosas. Arenas es el mismo que se sentó a que le limpiara los zapatos un limpiabotas en el hotel Palace en 1994. Es un candidato del siglo XX frente a la novedad que representa sin duda Pepe Griñán.
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