Cataluña

Del telégrafo a la turbina por Toni P

Del telégrafo a la turbina, por Toni P.
Del telégrafo a la turbina, por Toni P.larazon

Un telégrafo. Ése fue el primer suministro de Siemens para España en 1862. El embrión en nuestro país de este gigante de la energía se remonta a la mítica fábrica de Cornellá, en Cataluña, germen de la construcción, el 21 de julio de 1910, de la sociedad Siemens Schuckert Industria Eléctrica S.A., a partir de un capital social de 4,5 millones de pesetas. El empresario español Lluis Muntadas tenía un sueño y a ese sueño se unió el proyecto de Siemens, un socio financiero y tecnológicamente poderoso que hizo el resto. La visita del Rey Alfonso XIII a la fábrica en 1925 significó el inicio de la revolución de la empresa, con especial incursión en el mundo ferroviario con la construcción de motores de tracción. Hoy, Siemens es una gigantesca apuesta por el futuro. Sus números en España lo dicen todo: 1.982 millones de euros en facturación durante 2009; 1.684 millones en pedidos durante el mismo año y una plantilla de 3.700 trabajadores, sólo en nuestro país, volcados en los tres sectores en los que la compañía actúa: el industrial, el de la salud y el de la energía. En este último campo, el gigante alemán es ya líder indiscutible de algunos sectores. En renovables, la energía termosolar, con sus turbinas en plantas de generación, o la energía eólica, donde es número uno en instalación de parques offshore, son ejemplos de ello. Ahora, ha dado un paso más con la instalación de la primera turbina flotante. De un telégrafo a esta turbina. Así es la historia de un grande.