Caso Bretón
«Escribía para hacer daño a su padre y desahogarse»
La abogada del joven que pretendía volar la Universidad de Baleares asegura que sufrió «bulling» mientras cursaba un módulo de FP
MADRID- La abogada de Juan Manuel Morales –el joven imitador de Columbine que pretendía volar la Universidad de Baleares–, Agustina Alonso, solicitará hoy un informe psicológico y psiquiátrico «exhaustivo» para determinar si el joven tiene «algún trastorno de personalidad». Alonso, que actúa en calidad de abogada de oficio, reconoció ayer que si no lo solicitó al pasar su cliente a disposición judicial fue porque el detenido, que actualmente permanece en prisión provisional sin fianza, «se encontraba en condiciones óptimas para declarar». Además, afirmó que durante la declaración ante el juez del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma en funciones de guardia, Enrique Morell, Morales estaba «tranquilo, sereno, colaborador y contestó a todas las cuestiones que se le preguntaron». De la breve relación profesional que ha mantenido hasta ahora con él, Alonso comentó que le ha notado «serio, tranquilo y colaborador», informa Ep.
Durante su intervención ante el juez, el acusado se ratificó en todo lo que había dicho previamente ante la Policía. «Se había hecho con los 140 kilos de sustancias para fabricar explosivos y tenía un blog en el que hablaba de su ideología», explicó la letrada, a lo que añadió que en momentos de ira, Morales «plasmaba en su diario personal lo que pensaba hacer contra los demás».
Por otra parte, Alonso dijo de su cliente que «es una persona poco comunicativa, que tras escribir se quedaba tranquilo» y señaló que «tenía una relación nefasta con su padre», al que denunció por maltrato, y que «cuando escribía era para hacerle daño y desahogarse». Asimismo, aseveró que cuando cursaba sus estudios de Formación Profesional, Juan Manuel fue víctima de «bulling», y que «un profesor no le valoraba como se debía», por lo que suspendió las prácticas. Además, le fue recetado un tratamiento con tranquilizantes que no llegó a terminar.
La fiscal solicitó una pena de cuatro a ocho años por el presunto delito de tenencia de explosivos. Por su parte, la defensa no cree que se le acuse formalmente de tentativa de estragos, como solicitó el juez del caso. Según su abogada, Morales está «preocupado» por las informaciones que se están mostrando en los medios de comunicación sobre su caso, ya que «puede que se esté publicando cosas que no sean ciertas».
Morales, de 21 años, vivía solo desde hace un mes, gracias a los ingresos que conseguía jugando al póquer por internet. Solía pasar inadvertido, tal es así que no se le recuerda ni siquiera comprando en el supermercado del barrio. Sus antiguos compañeros de FP dicen de él que «desde hace algún tiempo no se relacionaba con nadie en clase» y que su actividad en el aula llamaba la atención por actitudes como la de reírse solo, además de por buscar vídeos de perros tuberculosos o relacionados con las armas en internet. En diciembre del año pasado dejó las clases para «ayudar a su padre en su negocio», comentan los demás alumnos del módulo, que aseguran que su rendimiento escolar no era bueno e incluso «entregaba los exámenes en blanco».
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