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La ruta del tabaco «snus»

Se masca, no se fuma y está prohibido en Europa. El ex comisario Dalli ha dejado su puesto, acusado de un soborno para levantar el veto. Se planta en Extremadura

La producción del tabaco `snus´
La producción del tabaco `snus´larazon

Sesenta millones de euros pretendían abrir la veda en el continente del tabaco sin humo... Pero a alguien –como en el chiste de Gila– le ha salido caro. En concreto a John Dalli, comisario de Salud y Consumo en la UE. La tabaquera sueca Swedish Match denunció ante la oficina antifraude europea que un empresario maltés le había pedido dinero a cambio de influir a Dalli para modificar la norma europea que prohíbe la exportación de «snus», un tabaco humedecido que se mantiene en la boca en lugar de fumarse.

El producto está vetado en la eurozona con la excepción de Suecia –exención que Estocolmo logró al negociar su adhesión en 1995–, donde se consume de forma tradicional desde hace 150 años. En concreto, un millón de suecos (el 22% de los hombres, y el 5% de las mujeres) se deleitan con esta variante de la nicotina. Al parecer el empresario maltés pedía un «esfuerzo económico» porque levantar la prohibición de «snus» era un suicidio político para Dalli y esa cantidad sería necesaria para su retirada.

Durao Barroso admitió la dimisión del «implicado» esta semana, tras las conclusiones recabadas por la oficina antifraude OLAF, bajo sospecha de tráfico de influencias. Pero, ¿qué es exactamente este producto, prohibido en el viejo Continente desde 1992, pero legal en Noruega, Estados Unidos, Canadá y Suráfrica, Dinamarca, Rusia, Israel o Malasia?

«No es tabaco de mascar ni cualquier otro producto de nicotina que se deja fermentar antes de procesarlo –explica Juan Carlos, un consumidor español que lo compra a través de una web con sede en los Países Bajos– . Se trata de un tabaco finamente molido que recibes en pequeños paquetes, como las bolsitas de té, y que está fabricado sin fermentar. Te colocas una pizca en forma de bolita bajo el labio superior y dura mucho tiempo. Perfecto, para no tener que salir a encender un cigarro en el trabajo, en el cine, en un bar o en casa de no fumadores». La sangre transporta la nicotina al resto del cuerpo provocando un efecto estimulante.

Muchos consideran al «snus» como una alternativa más sana que fumar tabaco, aunque la comunidad médica no está convencida. Según los «gourmets» del «snus», en cuanto empieza a soltar «juguillo» hay que escupirlo... «Pero con lo que me cuesta conseguirlo, yo lo mantengo en la boca hasta tres cuartos de hora».

Mathias Dahlgren (chef sueco con dos estrellas Michelin), Mickey Dee (batería de Motörhead) o Benny Andersson (el «pelirrojo» del grupo ABBA) son declarados consumidores de este tabaco sin humo que en su país se fuma en familia, a la manera del té británico de las cinco o las cañas españolas. Un hábito social que cuenta con multitud de sabores y que incluso los niños regalan a sus padres en formatos especiales, macerados en licor.


Persecución
«Las ventajas para los nicotinómanos son muchas –remarca Juan Carlos– y nos hace las prohibiciones y la "persecución"más llevaderas; no molestamos a nadie, no exhalamos humo y palía nuestra ansiedad. Incluso fumo la tercera parte de cigarrillos que antes... No te voy a negar que produce mal aliento, es excesivamente vasoconstrictor –por lo que nunca seré un atleta– y aunque se cuenta que te protege de las caries, es una leyenda urbana: mi dentadura va a peor».

«No está permitido vender ‘‘snus'' en España, pero nosotros, con sede en los Países Bajos, te lo podemos enviar sin problema» –nos comunica un e-mail desde una web de venta que ruega permanecer en el anonimato–. «No se puede comercializar ni vender en tu país, pero sí se os permite comprarlo para uso privado», concluye el correo. En una posdata final añade: «Para tu información, la mayoría de nuestros pedidos no rebasan las 12 latas y el país que más demanda es Alemania».

Lo paradójico del asunto es que este «snus» prohibido en Europa, se fabrica con burley –tabaco utilizado para la producción de cigarrillos– de Extremadura. Parte de esa delicatessen nicotínica que consumen en Suecia procede de zonas de cultivo de dos empresas españolas Agroexpansión y World Wide Tobacco España, que comenzaron a producirlo en el 2004 y son las únicas firmas españolas que trabajan ese nicho del mercado. «Iniciamos los ensayos de producción de tabaco para uso oral con un número reducido de agricultores, que se ha ido incrementando moderadamente en sucesivas cosechas, habiendo creado un nicho de mercado significativo, con un volumen económico notable y una creciente demanda», explicaba un responsable del grupo empresarial a los compañeros de «El Periódico de Extremadura» hace dos años.

Esta semana, al ponernos en contacto con la misma persona, no ha querido añadir una sola línea a esa declaración «con el escándalo de la dimisión del comisario de la UE, no deseamos que se malinterprete o malverse nuestra contribución en la cadena de producción de ese producto –aclara–. Además, no tengo más que añadir. Si me grabaseis, repetiría exactamente lo mismo porque no ha variado un ápice».

El tabaco burley utilizado para el «snus» en España, se cultiva en explotaciones familiares de los Valles del Tiétar y del Alagón, «donde encontramos unas condiciones óptimas para su cultivo, con un estilo de producción más artesanal en un régimen de cultivo muy familiar», resumía el responsable de World Wide Tobacco España. En su proceso de transformación se somete a un tratamiento térmico y pasa por rigurosos controles desde la semilla hasta su fabricación.


Tan dañino como cualquiera
Los defensores del principio conocido como «reducción de los daños» relacionados con la nicotina defienden el «snus» como una alternativa menos dañina a los cigarrillos y el tabaco para mascar. Entre 1978 y 1992 se estudiaron en profundidad los hábitos de 300.000 trabajadores de la construcción y no se pudo detectar ninguna relación entre el consumo de este tabaco y el cáncer bucal o pulmonar. Este estudió constató sin embargo que los consumidores de «snus» tenían más probabilidades de desarrollar cáncer pancreático.

La nicotina es un estimulante del sistema nervioso simpático, que produce un aumento del pulso y la presión arterial. Las personas con la tensión alta no deberían consumir «snus». A finales de los años 60, el número de informes alarmantes sobre los peligros del tabaco era cada vez mayor y fue en esa época cuando comenzó a incrementarse el número de consumidores de este tabaco sin humo.

En cambio, el doctor Sergio Alcolea, del Servicio de Neumología del Hospital La Paz y autor del estudio «Efectos nocivos del tabaco en formas de consumo no habituales. Consideraciones sobre su abordaje terapéutico», afirma: «Es igual de adictivo e igual de dañino que el tabaco normal. El normal origina problemas relacionados con el cáncer de pulmón pero el ‘‘snus'' causa los mismos problemas con otros tipos de cáncer como el de boca, faringe o laringe».


También genera independencia
Diferentes estudios han demostrado que, aun siendo adictivo, es significativamente menos nocivo que el cigarrillo e, incluso, es habitualmente utilizado como «terapia de cese», como aseguran consumidores que han consultado con distintos expertos. En cambio, según nos refiere el doctor Alcolea, neumólogo del Hospital La Paz, basándose en su mencionado estudio: «Todas las formas que permiten consumir tabaco (cigarrillos, tabaco mascado, esnifado, pipas y cigarros puros, etc.) tienen la capacidad de generar dependencia de la nicotina y de producir síndrome de abstinencia. Además, el humo de todas estas formas contiene los mismos componentes y carcinógenos». En el caso del «snus», hay que tener en cuenta la prevalencia de: enfermedad coronaria y patologías vasculares, las orales o periodontales así como carcinomas broncogénicos, del tracto aerodigestivo superior, vesical y pancreático

El producto más consumido por los fumadores diarios son los cigarrillos (el 88,7% de los fumadores). En España, los fumadores exclusivos de pipa o puros representan, según las encuestas de salud de la segunda mitad del siglo XX, menos del 1-2% de la prevalencia global del consumo de tabaco, aunque estas cifras son mayores en otros países y pueden variar con la edad.