Sevilla

Alcaldes a la desesperada

Alcaldes a la desesperada
Alcaldes a la desesperadalarazon

Madrid- El ahogo económico al que están sometidos los ayuntamientos españoles es de tal calibre que sus alcaldes responden a la desesperada para intentar salir a flote. Huelgas de hambre, marchas reivindicativas de 120 kilómetros, cobertura de gastos a cargo del propio bolsillo...
Ayer fue el alcalde de Villahermosa (Ciudad Real), Isidro Villamayor, quien se declaró en huelga de hambre para exigir el pago de la deuda que la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha tiene contraída con el Ayuntamiento. Ésta, según Villamor, asciende a 1,2 millones de euros –por su parte, la Junta aseguró que la deuda real de este municipio es de 871.786 euros, de los cuales 608.350 son herencia socialista–. «Estamos pagando las nóminas gracias a los anticipios», afirma Villamor. «Es el único modo de que se nos escuche». El alcalde, a sus 50 años de edad, se encuentra bajo tratamiento médico por ansiedad y ha pasado por quirófano en varias ocasiones a causa de la rodilla. «Subsistiré a base de agua y bebidas isotónicas. Lo voy a hacer, y estoy dispuesto a llegar hasta el final hasta que alguien me escuche».
Por su parte, Juan Manuel Sánchez Gordillo, del CUT–BAI andaluz,y alcalde de Marinaleda (Sevilla), tampoco se quedará parado. Antes de las elecciones andaluzas, él y otros ediles de Andalucía tienen pensado entregar las llaves de sus consistorios si no hay dinero. «Estamos casi en la bancarrota, a los ayuntamientos se nos reparte el 11%, mientras que la media en los demás consistorios europeos es del 33%».
Los hay que arriesgan menos en salud y optan por echar a andar. Es el caso del socialista Jesús Ramos, alcalde de Trefacio, que el pasado noviembre recorrió en cinco etapas 120 kilómetros para «exigir soluciones». El consistorio soportaba una deuda de más de 450.000 euros. Y, puestos a agudizar el ingenio, Adolfo Canedo (PP), de la comarca leonesa Cacabelos, sacó 50 euros de su bolsillo para comprar varios boletos del Euromillón, la Bonoloto y la Primitiva a nombre del Consistorio para intentar salvarlo de una deuda de 13 millones de euros. Cualquier cosa con tal de subsistir.