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Sin vida fuera de la red

Ismael Durán tiene más de 35.000 seguidores en Twitter y es un adicto a la red
Ismael Durán tiene más de 35.000 seguidores en Twitter y es un adicto a la redlarazon

MADRID- Aunque hoy en día parezca imposible, hubo un tiempo no muy lejano en España en que internet no era más que una palabra extraña, desconocida para la mayoría de la población. Hoy, apenas 15 años después –el «boom» de la red en nuestro país no llegó hasta 1995, si bien habría que esperar hasta 2000 para que empezasen a generalizarse las conexiones a la red en los hogares–, internet abarca prácticamente todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.

Adicción sin sustancia
El número de internautas ha pasado cinco millones a más de 27 en sólo una década, incremento que ha venido acompañado de un daño colateral: casi la mitad de los españoles reconoce estar «enganchado» a la red –concretamente, el 45 por ciento de los encuestados–. Así lo revelan las conclusiones del reciente «Estudio Nestea sobre Internet y las Redes Sociales», realizado por Sondea. Así, las principales «víctimas» de esta relativamente nueva «adicción sin sustancia» –o «no química»– son las mujeres y los jóvenes de entre 18 y 34 años, si bien se aprecia que cada vez son más los adolescentes menores de edad que sufren este problema.

Todo el año conectados
En este sentido, preocupa el hecho de que cuatro de cada diez encuestados pasen entre cuatro y diez horas diarias de media conectados, así como el hecho de que un 5 por ciento emplee más de diez horas al día navegando. Asimismo, más de la mitad de los entrevistados –el 52 por ciento– cree que no sería capaz de estar sin internet durante una semana entera. De hecho, la encuesta revela que seis de cada diez adultos no han pasado más de cinco días seguidos desconectado a lo largo de 2011.

 Dentro de este perfil se encuentra Ismael Durán, más conocido en Twitter como @elbicharraco –cuenta con más de 35.000 seguidores– y protagonista de la última campaña de Nestea, en la que sus amigos y familiares tratan de que se olvide por un día de internet. «A día de hoy, no creo que pudiese vivir sin internet», afirma este apasionado de las nuevas tecnologías, que, sin embargo, forma parte de una generación que nació sin la red.

Madrileño de 36 años, Durán trabaja en una empresa de videojuegos, donde cuenta con dos pantallas de ordenador: «Una para el correo electrónico y otra para Twitter». Este «ciberadicto» –ha llegado a tener cuatro teléfonos móviles a la vez– no es capaz de desconectar ni durante las reuniones. «El vicepresidente de mi empresa casi me echa una vez por estar mirando el correo con el móvil». De hecho, asegura que es incapaz de estar más de dos días sin internet. «Una vez estuve en Murcia de vacaciones y me quedé sin conexión por un problema técnico. Durante el tiempo que estuvieron reparando la avería, ¡no sabía qué hacer con mi vida! También ha tenido problemas de índole familiar, principalmente los relacionados con la falta de atención. Éste es el motivo por el que sus familiares y amigos decidieron instaurar «El día de Isma», un plan de choque para «rescatarle» de la red y acercarle de nuevo a las personas de su entorno. A pesar de ser tremendamente activo en las redes sociales para satisfacer las demandas de su legión de seguidores –escribe cerca de 50 tweets diarios–, estaba ausente de su entorno más cercano. «No concibo nada sin internet», concluye.

Al igual que Durán, cerca del 30 por ciento de los adultos españoles aconstumbra a interrumpir una charla con amigos, una comida familiar o el trabajo para leer un mensaje, un email o ver una notificación en el móvil. Por este motivo, cuatro de cada diez encuestados reconocen que en alguna ocasión alguien se ha enfadado o sentido molesto porque no le ha prestado atención por estar conectado a internet.

En cuanto a los fines para los que se emplea la red, el 41 por ciento de los internautas navega por las redes sociales entre una y cuatro horas al día y hasta el 90 por ciento forma parte de alguna de ellas. Entre las más frecuentadas Facebook lidera el ranking con un 85 por ciento de usuarios, seguido de Twitter (35 por ciento), Tuenti (27 por ciento) y Linkedin (17 por ciento).
Para Juanma Romero, fundador de la plataforma Adicciones Digitales, es necesario «racionalizar el uso de la tecnología y hacer un uso sensato y saludable de ella». Aunque reconoce que internet ha supuesto un gran avance para el ser humano, tanto en el trabajo como en el ocio, afirma que «no podemos dejar de lado el contacto real con las personas. Hay que utilizar la tecnología en su justo término para que no se convierta en un problema».

Navarra, a la cabeza
Por comunidades autónomas, Navarra (65 por ciento), Baleares (58 por ciento) y Cantabria y País Vasco (ambas con un 50 por ciento) presentan los índices más elevados de personas que admiten estar «enganchadas» a internet. Frente a éstas, Asturias (35 por ciento), Galicia (36 por ciento), La Rioja (38 por ciento) y Murcia (41 por ciento) son las autonomías con menos «ciberadictos».

Con este panorama, no es de extrañar que nueve de cada diez encuestados piensen que las nuevas tecnologías los acercan a las personas que tenían más lejos y el 35 por ciento afirme que, desde que se conectan a las redes sociales, se sienten más cerca de sus familias y amigos. No obstante, el estudio subraya que puede llegar a producirse el efecto contrario: la cuarta parte de los internautas que se conectan a redes sociales afirman que tienen más relación con sus amigos a través de estas redes que en persona.

 

ISMAEL DURÁN, «Twitteradicto»
Con más de 35.000 seguidores en Twitter, @elbicharraco, como se le conoce en esta red social, se pasa el día «enganchado» a internet. Ismael Durán, madrileño de 36 años que trabaja rodeado de pantallas y teléfonos –hasta cuatro móviles ha llegado a tener a la vez–, confiesa levantarse ya pensando qué es lo que va a escribir para sus «fans». Autor de unos 50 tweets diarios, le gustaría que todo tuviese Twitter incorporado, «hasta el microondas». Durán, que no puede pasar más de dos días desconectado «sin sentir el gusanillo», afirma que «no podría vivir sin internet, no concibo nada sin la red». Su afición le ha causado más de un problema en su empresa y con sus familiares y amigos. «De momento, mi mujer me aguanta...».