Nueva York
Loquillo y Sabino Méndez: «No quieren una Cataluña independiente sino para ellos»
Después de dos décadas sin grabar juntos, publican «La nave de los locos», un disco de «rock total», y, como catalanes, piden cuentas a los políticos
Pasaron casi 20 años sin hablarse después de haber escrito algunos de los mejores himnos del rock español. Había una gran expectación por ver qué eran capaces de hacer esta vez. El resultado es «La nave de los locos» (Warner), que ya está en la calle. Pero Sabino Méndez y José María Sanz Beltrán, «Loquillo», están bien cuerdos. Hablan, y muy claro.
-¿Es este disco la banda sonora de un tiempo convulso?
-Loquillo: Es difícil que un solo disco consiga eso. Éste es la visión de dos adultos, pero no es un álbum nostálgico. Eso habría sido terrible. Quería hacer un compendio de rock total, de todos los estilos. Es lo que le toca a la gente de mi edad, porque los jóvenes tienen la responsabilidad de lo nuevo.
-Sabino: Somos la primera generación después del punk que envejece. ¿Se puede hacer rock de ese tipo con 50 años? Creo que sí.
-El rock ha perdido terreno frente a otros estilos entre los jóvenes, ¿lo recuperará?
-Sabino: Bueno, esa es la pregunta. Y hacemos discos para responderla. Es curioso, porque a los jóvenes les llama mucho la atención la imagen, pero la pregunta es qué comunican las canciones. El mundo es antiguo y el hombre es viejo, los problemas son los mismos.
-Loquillo: Lo importante es contar la verdad. El rock es vampírico, lo agarra todo y lo adapta, lo hace canción. Yo he hecho siempre la misma película pero cada vez mejor, porque siempre pienso desde la calle. Nunca me he ido a vivir a una urbanización, en todas las ciudades he vivido en el centro. Pero en España se piensa que el rock es entretenimiento. No podemos perder más el tiempo, hace falta sentirnos orgullosos del pasado musical como lo hacen los italianos, los franceses. No lo valoramos. Hace diez años estábamos inundados de «Operación triunfo», que fue como la peor pesadilla tardofranquista. ¿Hoy qué queda? Nada. Porque no era nada.
-Volver juntos tras tanto tiempo...
-Sabino: Me he situado en el personaje de Loquillo para escribir. Y creo que, en lo musical, no está claro dónde acabo yo y empieza él.
-Loquillo: es muy natural y fácil.
-Su actitud es la misma.
-Loquillo: Sí, pero no soporto la gente que dice que el mundo cambia y ellos no. Por supuesto que cambias. No puedes olvidarte de dónde vienes, pero el mundo es muy grande y el rock nos ha permitido verlo. Y eso te hace mejor persona. No me voy a quedar en el discurso aburrido del chico de barrio. Por nacer ahí no tienes que quedarte para siempre.
-Dicen que el rock tiene que pedir explicaciones. ¿Qué explicación hay a lo que pasa en España?
-Sabino: En momentos de crisis se ve qué fuerza tiene la música. Los políticos deberían explicar que el mundo es complejo, pero parece que se dedican a simplificar para fidelizar al usuario. Eso es caciquismo. Nosotros somos catalanes y hubo un momento en que se asumía que Barcelona era más cosmopolita y más moderna. Hemos descubierto que los catalanes son el prototipo de español.
-Loquillo: Hay una generación en la que los políticos quieren ser estrellas del rock. A ver quién dice la mayor burrada para salir en los periódicos. Me da mucha pena porque nuestra clase política está gestionando mal el pasado. Tengo miedo cuando veo al señor Artur Mas haciendo el saludo romano. Me da mucho miedo. Es volver a buscar enfrentamiento entre las personas y los territorios cuando deberíamos encargarnos de rebajar la tensión y de lanzar mensajes de unidad. Los políticos son elegidos para solucionar problemas y se dedican a crearlos. Por otro lado, tendría que decirte que no sé si tienen acuerdos con los medios de comunicación, pero creo que va muy bien para vender más.
-Se dicen verdades a medias.
-Sabino: Hay muchas cosas que no se cuentan, o se da una versión, por ejemplo, de los hechos de 1714 en la Diada que no es la correcta: en realidad, fue una guerra civil entre catalanes. ¿Quién ha mantenido como nadie la llama del guerracivilismo en España? Nosotros, los catalanes. Y ahora estamos dividiéndonos con el unionismo o el separatismo... ¿en qué cabeza cabe? Y se lo vamos a contagiar a toda la Península, que estaba tranquila, sin esas cosas. Dejémonos de tonterías, expliquemos lo complejo que son las cosas. Nos enfrentamos a la versión nueva del caciquismo. Ahora quieren dominar con la subvención, teniendo la llave de la caja de un territorio. Eso es lo único que les interesa.
-¿Cómo se explica el fenómeno nacionalista en Cataluña?
-Loquillo: Es un negocio. Si hacen el referéndum, para mí es como contestar si estoy a favor de la Monarquía Borbónica o de la Pujol-Ferrusola. Porque, no nos engañemos, están preparando al niño [Oriol Pujol] para ser el presidente de la Cataluña independiente. Es su sueño. Fíjate qué pequeño. Somos barceloneses y habríamos sido casi lo mismo en Nueva York o París, porque somos urbanos, y cuando naces en una ciudad como la nuestra eres del mundo. Una cosa es amar tu tierra y tu lengua, pero es que ellos no quieren una Cataluña independiente, quieren quedarse Cataluña para ellos. Y se envuelven en la bandera y los sentimientos y esto ya pasó hace 10 años y terminó con Aznar hablando en la intimidad con Pujol en el hotel Majestic. Cuando acaben las elecciones el sueño independiente irá cediendo. Y habrán jugado con muchos catalanes pensando que era viable a pesar de que sabían perfectamente que no.
-También juegan con el sentimiento de gente que no es catalana.
-Loquillo: Eso es así. Los pobres Estopa han sufrido unos comentarios terribles a raíz de que dijeron que ellos iban a votar «no» si se hace un referéndum. Imagínate. Se les han tirado encima.
-Sabino: Es el caciquismo, castigar al disidente. Dejar sin trabajo al que va contra el señorito. No es que la gente sea manipulable, pero es que les dan una información manipulada. Hay un peligro serio de cometer un error brutal haciendo tonterías.
-Promoviendo un tipo de cultura que es el que a ellos les gusta...
-Loquillo: tenemos que ir a la segunda legislatura del tripartito, cuando Montilla, que es cordobés, excluyó a los escritories en lengua castellana de la Feria de Fráncfort. Creo que, a partir de ahí, la clase política catalana hizo una apuesta sin retorno. Nosotros mantenemos la línea de siempre. Somos cosmopolitas barceloneses y catalanes, y tiene cojones que tengamos que demostrarlo. Jamás caeremos en sectarismos. No quiero que me catalanicen ni me españolicen.
El detalle
LEYENDA EXAGERADA
«Cuando miro atrás, veo a Sabino», dice Loquillo, como si no hubiera dejado de sentir el aliento del autor de «Cadillac solitario». El distanciamiento, que duró 18 años, ayer les parecía más en tono de broma una cosa de «leyenda exagerada». «Lo que no es cierto es que fuera a raíz del libro ‘‘Corre rocker''. Al contrario, eso nos ayudó a aproximarnos», dijo Sabino sobre su propia novela. La vuelta de la amistad se fraguó en paelladas familiares. Y rock & roll.
«Lou Reed tiene la cara de mi abuela»
Hablan muy claro. No soportan las apariencias y las poses de las falsas estrellas del rock. «A los que están todo el día en el Twitter es que no los entiendo. ¿Cuándo compones, chaval? Las estrellas del rock tienen que guardar distancias», aseguró Loquillo. Respetan al maestro de todo, a Keith Richards, que en la rueda de Prensa de ayer salió mencionado: «Sólo hay una canción de rock & roll, y es la que escribieron Adán y Eva con la ayuda de una manzana», citó Méndez del guitarra de los Rolling Stones. Han asumido que no son jovencitos. Tienen 50 años. «Empecé en la música con 19 porque quería hacer lo que hacía Lou Reed, Neil Youn, la Velvet Underground... y a veces los sigo escuchando pero hay que asumir que cambian los tiempos. Estuve con Lou Reed cuando vino a Barcelona y se le ha puesto la cara de mi abuela Carmen», dijo Méndez provocando las risas de la sala. De las nuevas, bandas, se quedan con Nu Niles o The Right Ons, con los que «algún diría haremos algo conjunto». Porque, en el fondo, se trata de tomar lo antiguo y hacerlo nuevo. «Albert Pla decía que los catalanes somos buenos copistas –citó Méndez–. Y a eso nos dedicamos».
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