Valencia

Jiménez prepara la «factura sombra» contra el agujero económico sanitario

La ministra dispone ya de un listado con los precios de las intervenciones para «formar» a los pacientes. 

Jiménez prepara la «factura sombra» contra el agujero económico sanitario
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Retrasos récord en el pago a los proveedores de productos médicos, comunidades que apenas tienen dinero de aquí a finales de año para pagar las nóminas, un agujero para este año de más de 10.000 millones de euros... La ministra Trinidad Jiménez se propone hacer frente al escenario apocalíptico en que se ha convertido el sistema sanitario por culpa de la crisis con unas dosis de tijeretazo y de pedagogía social. Salvo las rebajas de salarios para los sanitarios, las primeras están ya pactadas con el sector y empezarán a hacerse efectivas tras el verano.


Las segundas dosis contra la bancarrota van a traducirse en informar a los ciudadanos del coste que genera a las arcas públicas la atención que reciben en los hospitales. En una de sus últimas comparecencias parlamentarias, la máxima titular sanitaria anunció su intención de extender esta iniciativa, que ya se ha implantado con dudoso éxito a efectos de ahorro en territorios como Valencia y Navarra. Se trata de la «factura sombra», lo que significa que cada enfermo recibirá al término de su asistencia a finales de este año o principios del siguiente un impreso oficial en el que figurarán, detallados, los actos médicos a los que ha sido sometido y el gasto que representan éstos al Erario público.


Precios ya delimitados
Aunque Sanidad no ha definido aún el formato que pretende exportar a todas las comunidades que voluntariamente deseen poner en marcha una iniciativa informativa de este tipo, los precios medios de las principales intervenciones y actos médicos están ya, más o menos, delimitados.


Muchos de los tratamientos que se aplican en los hospitales vienen descritos en uno de los anexos de la normativa sobre los llamados centros, servicios y unidades de referencia del Sistema Nacional de Salud (SNS). Se trata del número III, que fue sometido a consulta de las comunidades con motivo del último Pleno del Consejo Interterritorial, el máximo órgano de coordinación sanitaria autonómica, celebrado en Madrid.

 

El listado, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, puede servir de base para cumplimentar por parte de los servicios de salud las diferentes «facturas sombra» que recibirán los enfermos al recibir el alta. Según consta en él, por ejemplo, el trasplante más barato para el sistema sanitario es el «renal infantil», que asciende a un importe de 31.551 euros. Los más caros son el trasplante pulmonar infantil y adulto, y el cardio-pulmonar de adultos. Su precio para las arcas públicas es de 70.576 euros.


El listado, que recoge las tarifas de 2008 y, por tanto, es susceptible de actualización, incluye también algunos de los principales procesos con hospitalización.
Entre los más frecuentes figuran los tres tipos de bypass coronario, cuyo coste oscila entre los 10.662 y los 27.054 euros; el tratamiento de los trastornos cardíacos congénitos y valvulares a menores de 18 años, que asciende de media a 2.218 euros, o la aplicación de radioterapia y de quimioterapia.


Más de 3.000 euros de media
El tratamiento medio cuesta entre 3.653 y 3.434 euros. Pero no sólo aparecen reflejados estos procesos. Combatir una neumonía simple u otros trastornos respiratorios equivalentes le cuesta al sistema 4.474 euros, y un procedimiento quirúrgico con diagnóstico principal de enfermedad mental, 9.676. Otro dato llamativo es el del coste de la atención exitosa al recién nacido cuyo peso al nacer es inferior a los 750 gramos: supera los 53.300 euros. Por su parte, la terapia contra la tuberculosis que requiere procedimiento quirúrgico se eleva hasta los 10.183 euros.


Las tarifas, aplicadas en los centros de referencia, se extienden a decenas de procesos, aunque la tarificación debería extenderse aún a otros muchos, tanto hospitalarios como ambulatorios, para ser exhaustiva y poder ofrecerse a todos los pacientes con fines informativos e, incluso, disuasorios.