Nueva York
Sueldo de millonaria y una vida monacal
La nueva directora del Fondo Monetario (FMI), Christine Lagarde, empezó ayer a trabajar a las nueve de la mañana. Su día estuvo lleno de reuniones con el consejo, gerencia y trabajadores.
La francesa cobrará 467.940 dólares al año (más de 323.000 euros) y 84.000 dólares en concepto de dinero de bolsillo, según el contrato que hizo público ayer el Fondo Monetario Internacional. La remuneración de Lagarde es un 11% más alta que la de su predecesor, el también francés Dominique Strauss-Kahn, que ganaba 420.930 dólares netos y disponía de 75.350 dólares para gastar a su libre criterio. Supone un incremento del 20% frente al que cobraba el español Rodrigo Rato durante su estancia al frente del FMI. Al contrario que Strauss-Kahn, Lagarde sí ha accedido a comprometerse a «respetar las más altas normas de conducta ética de acuerdo con los valores de la integridad, imparcialidad y discreción».
Según se puede leer en el contrato, la gala «debe evitar la conducta inapropiada. Durante sus funciones como directora, profesará absoluta lealtad al Fondo y evitará cualquier conflicto de intereses», se escribe en uno de los párrafos. Todavía así, Lagarde tendrá que asistir a un cursillo de ética obligatorio para todo el personal de la organización internacional. La francesa no podrá aceptar ningún cargo público o privado sin permiso del consejo. Tampoco comprometerse en ningún negocio sin consultarlo antes con los mismos miembros. Mientras, cada año tendrá que abrir sus cuentas al consejo del Fondo, que buscará si ha utilizado su cargo para beneficio personal. Tampoco podrá aceptar ningún tipo de regalo o favor de ningún gobierno. Además, no podrá acudir a ningún acto político de su partido durante su mandato al frente del Fondo Monetario.
Ella impondrá cambios
De momento, los movimientos de la francesa que serán examinados con lupa son las negociaciones de los programas de préstamos con Atenas. La sombra del posible conflicto de intereses perseguirá a la gala durante todo el proceso debido a que Francia es uno de los mayores acreedores de Grecia. Todavía así, ella también va a imponer algunos cambios. En todas las entrevistas a las que asistió mientras optaba a este puesto, siempre fue interrogada por hombres. Y ha advertido de que de ahora en adelante habrá más mujeres en el Fondo Monetario Internacional.
Manual de buenas prácticas
El contrato de Lagarde es casi idéntico al de Strauss-Kahn, salvo en el párrafo sobre el código ético que deben seguir todos los miembros del personal del FMI, que es más detallado para dejar claro que se espera de ella que cumpla los más altos estándares en cuanto a integridad, imparcialidad y discreción. También se le pide que evite cualquier «apariencia impropia». Tampoco podrá aceptar ningún tipo de regalo o favor de ningún gobierno.
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