Málaga
«Es fácil engañar a una niña»
El pasado jueves Celia Carpio, de 16 años, publicó en su red social un mensaje para sus amigas: «Llamad a mi padre y decidle que estoy bien, que no me busque». Tras ese comentario, Celia nunca más volvió a comunicarse con nadie. El día anterior la joven de Getafe aprovechó que su madre paseaba al perro para salir a escondidas con una mochila llena de ropa, su portátil y 400 euros de la hucha de su hermana pequeña.
Voluntariamente se fue con un amigo marroquí de 19 años con dirección a Málaga, de donde aún no ha regresado. Lo último que dejó escrito fue un emoticono, que simboliza un corazón invertido en el lenguaje de chat, por lo que podría haberse fugado por amor. «No le conocemos, sólo sabemos que es muy amigo suyo, pero no sé si la relación va más allá», explica Pilar Carpio, tía de la joven. Tanto ella como su marido están pendientes de las redes sociales de Celia por si hubiera noticias de ella. Sin embargo, en el espacio virtual aparecen nuevos mensajes de apoyo de sus amigas. «Vuelve, Celia. Estás loca, vuelve con tu familia» o «No hagas más el tonto, vuelve al barrio y deja de liarla». El sábado fue detenido el chico magrebí cuando iba a vender el portátil de Celia junto a un amigo de la misma nacionalidad en las inmediaciones del estadio de La Rosaleda. El joven aseguró haber dejado a Celia en la estación de autobuses el viernes a las 19:00 horas con un billete Málaga-Madrid únicamente, ya que no tenía móvil desde hace una semana que «lo perdió o se lo quitaron». Ese día, Celia dejó de conectarse a internet y su familia perdió su rastro. Tras la detención, el padre, la madre y su hija de 10 años se desplazaron a la ciudad andaluza para repartir fotos y carteles de Celia, pero ayer regresaron «sin ninguna información. Volvemos a casa sin nada, no tenemos nada nuevo», le contó Jesús Carpio. La familia está destrozada y piensan que la pueden estar reteniendo en contra de su voluntad. «Es muy fácil engañar a una niña de 16 años. Ha podido irse voluntariamente de su casa pero también ha podido ser coaccionada», explica Pilar. «O está asustada y tiene miedo de volver. Pero mi idea es que Celia no tiene nada y no sabe qué hacer», reitera. El sábado por la noche, en la estación de Málaga dijeron que una niñas respondía a la descripción de Celia que quería cambiar su billete, que «lloraba: por favor, cambiadme el billete que necesito irme», contó Pilar. La Guardia Civil al conocer el suceso, paró el autobús en Bailén e identificó a todos sus pasajeros, pero en su interior la joven que necesitaba cambiar el billete no era Celia. Pese a ello, Pilar y su marido se presentaron por la mañana en Méndez Álvaro, pero su sobrina no bajó. «Celia no es buena en los estudios, pero nunca se había escapado antes y quiere ser peluquera», concluyó Pilar.
Un joven conflictivo
«Samu Geta Chakri» es el perfil del la red social del joven de 19 años que vio por última vez a Celia. Según la familia, su hermano les aseguró que «es un poco conflictivo». Tanto él como sus amigos no tienen buena fama y sobre él existen dos órdenes de busca y captura.
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