Murcia

La vida en un Post-It por Paco L Mengual

La Razón
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Profesiones
En mi mostrador, atiendo a una señora que lleva a un niño rubio de corta edad en el carricoche. Desde que ha entrado, el pequeñajo no ha parado de llorar. Para intentar calmarlo, le ofrezco una sonrisa, pero lo único que logro es que arrecie el llanto. «No llores más hijo –le dice la madre -, que este señor no es pediatra, que es un hombre bueno». Seguro que el médico –me he dicho- le ha metido uno de esos desagradables palos en la boca para verle la garganta, o le ha apretado en la barriga, o le ha pinchado en el culo. Reflexiono sobre la merecida mala fama de algunas profesiones. Yo, a mi edad, aún suelo acelerar el paso cuando camino por la puerta de un clínica dental.
 
Expediente
Me encuentro por la calle a una de mis profes de 1º de BUP. Hacía años que no la veía. «Leo tus novelas –me dice-, te escucho en la radio, te veo en la prensa. Me siento orgullosa de haber sido tu profesora…». Sonrío y callo: ¡Joder! ¿Orgullosa? Debe haber perdido la memoria –pienso-. ¡Si mi expediente académico tiene mas tachones que la ficha policial de El Lute!

Escotes
La ola de calor que hemos vivido en Murcia durante gran parte del mes de octubre, y que nos ha obligado a vestir como si estuviésemos en pleno verano, también nos ha dejado estampas curiosas. Como la que pude contemplar la pasada semana en el mostrador de mi mercería, cuando una clienta –por el acento, brasileña- se presentó ante mí con el pezón literalmente fuera del escote. Confieso que durante el rato que estuve atendiéndola me costó mantener la mirada en sus ojos. Como las mujeres actúan de una manera tan extraña, no sabía si indicarle el descuido o hacerme el despistado; que fue por lo que opté. «Quizás –pensé- se molesta cuando le señale con una sonrisa el desliz, y me llama grosero y, hasta me suelta un bofetón; mejor que se lo diga el panadero, cuando dentro de un rato vaya a comprar el pan».