Occidente acelera el aislamiento de Irán

LONDRES- En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, el ministro de Exteriores, William Hague, ordenó el cierre inmediato de la delegación iraní y dio un plazo de 48 horas a sus diplomáticos para que abandonaran el país. Poco antes, el primer ministro británico, David Cameron, ya había amenazado con medidas «muy duras» por un suceso que consideró un «ultraje».

El Ejecutivo además puso el candado a la Embajada británica en la capital de la república islámica e informó de que todos los diplomáticos británicos ya habían abandonado el país después de las amenazas recibidas el martes por cientos de estudiantes. Muchos de ellos fueron incluso tomados como rehenes durante algunas horas por los manifestantes, aunque la Policía iraní dijo ayer que no hubo tal secuestro y que todo fue una «malinterpretación de los periodistas». El régimen de Mahmud Ahmadineyad se quiere lavar las manos ante lo ocurrido. Tanto el Ministerio de Exteriores iraní como algunos de los políticos condenaron el acto y aseguraron que Irán respeta la Convención de Viena sobre protección de personal y recintos diplomáticos y consulares.

Sin embargo, les delató Ali Lariyani, presidente del Parlamento y uno de los más influyentes dirigentes del país, que manifestó que la acción de los jóvenes «refleja la opinión de la nación iraní sobre el Gobierno británico». El presidente del Parlamento ya había mostrado antes sus ideas radicales y ayer volvió a atacar la postura de Londres, que calificó de «hostil».

Para los representantes de la Unión Europea en Irán no hay duda de que los estudiantes fueron meras marionetas del Ejecutivo. Según una fuente diplomática, que no quiso ser identificada, «los ataques no fueron nada espontáneos». «Tenían instrucciones de no tocar a la gente, pero sí destrozar las cosas, y de causar el mayor daño posible», señaló a Efe.

Londres siempre ha sido para Teherán el símbolo de Occidente y contra él carga su furia cada vez que la comunidad internacional le intenta parar los pies con su plan nuclear, un programa que, para la ONU, tiene claras intenciones militares. En muchas ocasiones, a los manifestantes les hubiera gustado dirigirse directamente a la Embajada de Estados Unidos, pero Washington cerró sus puertas en 1979, cuando otro grupo de estudiantes ocupó durante 444 días la delegación norteamericana ante los brazos cruzados del ayatolá Ruhola Jomeini. Desde entonces, la Embajada suiza defiende allí sus intereses.

Ahora se podría repetir el mismo planteamiento por parte de muchos miembros europeos, entre ellos España, que están valorando cerrar también sus embajadas en Teherán después de lo sucedido en los últimos días. Los ministros de Exteriores de la UE se reunirán hoy en Bruselas para valorar la situación, aunque Italia, Francia y Alemania ayer convocaron a los embajadores iraníes para tratar el asunto.

España llama a consultas
La última vez que los embajadores de la UE se retiraron de común acuerdo de Irán fue en abril de 1997 y estuvieron siete meses fuera de la República islámica, después de que un tribunal alemán acusara a los Servicios Secretos iraníes de participar en el asesinato de cuatro disidentes kurdos en el restaurante Mykonos de Berlín, en 1992.

Por su parte, Noruega, que no forma parte de ll los Veintisiete, también se solidarizó con la causa y ayer cerró su delegación en la república islámica.

Es muy posible que la reunión de hoy también concluya con nuevas sanciones a Teherán en relación con su programa nuclear. La semana pasada Estados Unidos, Canadá y Reino Unido ya empezaron a aplicar las medidas de castigo. Las más fuertes, hasta ahora, son las británicas, ya que ha suspendido todas las transacciones financieras con los bancos iraníes, incluido el Banco Central de Irán (CBI), por el que pasan todas las operaciones de la industria petrolera.

Embargo del petróleo
La Unión Europea aprobará hoy nuevas sanciones contra Irán y discutirá futuras medidas de presión adicionales como un embargo al petróleo del golfo Pérsico que por ahora divide a los Estados miembros. También se amplia el número de miembros de la élite iraní (180) a los que se les congela las cuentas y se les prohíbe viajar a la UE.