Actualidad

ANÁLISIS: Jóvenes frustrados por Mariano Fernández Enguita

La Razón
La RazónLa Razón

– ¿El que muchas personas con estudios superiores tengan que recurrir a empleos que en nada tienen que ver con su formación puede generar frustración social?
–Por supuesto. Se traduce en sobrecualificación o subempleo, es decir, en que ocupan empleos menos atractivos de lo que esperaban y que no tienen ocasión de ejercer lo que aprendieron. Pero esto es consecencia de dos fenómenos muy españoles: primero, una estructura industrial basada en el trabajo poco cualificado (en general, pero en particular construcción, turismo y hostelería); segundo, una estructura perversa de las cualificaciones de salida del sistema educativo, más o menos 40-20-40: 40% de no cualificados, con la ESO o menos; 40% de estudios superiores, completados o no, y 20% de titulados medios.

– ¿Cómo afecta la situación a la gente joven?
–La respuesta es el 15-M: el enfado, ante todo, de una generación que ha hecho los deberes pero no ve llegar las recompensas. De todos modos, no extrapolaría demasiado la coyuntura navideña del mercado de trabajo, que se presta a la búsqueda de empleos de temporada por parte de personas que sólo quieren unos pequeños ingresos, como los estudiantes.

 

Mariano Fernández Enguita
Sociólogo