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Un millón de cofrades frente a la provocación atea

Las hermandades se erigen como un movimiento asociativo mayor que clubes de fútbol y partidos políticos.

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MADRID-Cien entre un millón. Buscaban desfilar por las calles de Madrid el Jueves Santo como abanderados de la España laicista. Las asociaciones convocantes apenas suman un centenar de miembros en activo pero el ruido que generaron con su «procesión atea» ha puesto en jaque a las diferentes administraciones hasta que la Delegación del Gobierno en Madrid les paró los pies. Aun así, Luis Vega Domingo, presidente de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL), ha amenazado con salir a la calle el próximo 21 de abril por «impedir a un grupo de ciudadanos manifestarse porque coincide con una fecha que parece ser propiedad de la Iglesia».

Lo cierto es que, más que un bien con titularidad, la Semana Santa se revela como seña de identidad de un pueblo, de un país. Basta echar un vistazo al mundo de las cofradías y hermandades en nuestro país, que superan las 7.000, según datos de la Conferencia Episcopal, y que se erigen como uno de los movimientos asociativos con más presencia de toda España, por encima incluso de los partidos políticos y los clubes de fútbol. Se calcula que actualmente hay más de un millón de cofrades en toda España que están al corriente del pago de sus cuotas –la media es de unos 150 euros anuales contando con el hábito procesional–, que salen a la calle a lo largo de estos días para expresar su fe a través de los pasos a los que acompaña –ya sea como costaleros, nazarenos o penitentes–, y que deciden «mojarse» con su tiempo y su aportación económica en esta expresión de fervor popular. Eso, sin contar con todos aquellos que acuden como espectadoresa una procesión y ven despertar su fe, afianzan su devoción o expresan una oración a pesar de no acudir a misa ante el arte de las tallas, el sacrificio de los costaleros, la devoción de los nazarenos o el olor del incienso.

Las cofradías, que aglutinan en una sola entidad un movimiento de carácter religioso, cultural y social que supera con creces, por ejemplo, al número de trabajadores de la primera empresa del país, Telefónica – que cuenta con 269.000 empleados en todo el mundo–, cuadruplican el número de asociados a los dos principales clubes de fútbol españoles, y supera incluso la suma de los afiliados al PP y PSOE.

Un compromiso con la Pasión, que además, no parece envejecer. Así lo constata el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández: «Muchas veces se dice que estas cosas son una antigualla del pasado, pero los jóvenes se apuntan en tropel a las cofradías, llevan los pasos, van con las velas. Se tiran meses y meses preparándose. Es algo muy positivo, es una cosa que sale de lo mas hondo del corazón de la gente, de creyentes y no creyentes».

En la Semana Santa del 2010 fueron cerca de 9.200 nazarenos de 35 cofradías cordobesas los que salieron en procesión. Según datos de la Policía más de 750.000 personas se acercaron a la ciudad para participar en el recorrido de los Pasos. Una cifra llamativa teniendo en cuenta que la provincia tiene una población de 800.000 habitantes. De ahí que el obispo reste importancia a la manifestación anticatólica: «En España y en particular en Andalucía tenemos una sensibilidad para la Semana Santa impresionante. Últimamente hay quien tiene la idea de querer eliminar a Dios de todo, pero con la gran cantidad de gente que acude a las procesiones se ve claro que eso todavía no es posible. Ni el laicismo ni nada podrán con esto», afirma.

Para Francisco Varó, catedrático de Teología de la Universidad de Navarra y experto en la piedad popular que se genera en torno al movimiento cofrade, apunta que «el intento de hacer una "procesión atea"es una provocación en toda regla, una burla contra la Iglesia y la fe de muchos creyentes».


Sentimiento de unidad
Frente a este gesto de «fundamentalismo laicista, que es mucho más radical que otro cualquiera», considera que las procesiones son importantes como manifestación pública de la fe: «Es importante que se vea que el pueblo reza en la calle. Cuando en el siglo XVI los gremios comenzaron a sacar a la calle los pasos con escenas de la Pasión lo hacían para que la gente los contemplara y rezara ante ellos. Es enormemente positivo porque además la gente se une por un mismo fin sin atacar a nadie. Además, se trata de uno de los elementos más importantes de la cultura española. Tiene una base religiosa, pero el elemento artístico está también muy presente en todo momento».
 
Esas raíces a las que hace referencia Varo, las analiza para LA RAZÓN Luis Suárez, de la Real Academia de la Historia: «La tradición de celebrar los grandes acontecimientos que acompañan la crucifixión y resurrección de Cristo fue traída a Europa por San Francisco y es un pilar de nuestra cultura». Suárez afirma que «muchas veces nos hemos equivocado todos dándole un aire festivo o teatral, cuando no se trata sólo de eso. Es un sentimiento muy profundo, como bien dice el Papa en su libro ‘‘Jesús de Nazaret'', la Semana Santa es vivir el perdón, algo que está olvidado en nuestra sociedad, algo que renace en aquellos que nos ponemos frente a los pasos cuando contemplamos que Cristo perdonó a los que le ajusticiaban. El significado de estas procesiones es algo muy profundo, es una representación de amor al prójimo, a Dios y a la creación. Por eso no sólo afecta a los católicos practicantes, sino a todas las personas del mundo».


«¿Por qué atacan a la Iglesia y no una mezquita?»
- Amén de la lluvia, todo está listo en la Basílica de San Isidro para que el Jueves Santo los pasos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena procesionen por el centro de Madrid, justo el día en que estaba prevista la «procesión atea». Precisamente este fin de semana los costaleros participaban en el «retranqueo», el último ensayo antes de salir a la calle, en el que ajustan los pasos para que el peso recaiga en la séptima vértebra.
- Con una media de edad que no supera los 30 años, se muestran más preocupados por seguir las órdenes de Eduardo, el capataz, que por la marcha atea. «Llevamos cinco siglos de procesiones, no creo que por agitar unos días, vayan a prohibirlas. ¿A que no se les ocurre manifestarse en el ramadán ante una mequita?», se pregunta uno de los más jóvenes.