Alimentación

Yogur para bebés necesarios o márketing

Los pediatras avalan la inclusión de los yogures de inicio en la dieta para diversificar el menú, pero un informe de la OCU advierte de que no cumplen con los requerimientos exigidos y exceden en azúcar 

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A partir de los seis meses, la leche ya no es el sustento principal de los bebés y es el momento de compaginarla con otros alimentos como fruta, verdura, carne, pescado y yogures de inicio elaborados con leche de continuación, ya que la de vaca no pueden introducirla hasta el año y medio. Para la doctora Rosa Lama More, adjunta al Servicio de Dietética y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario La Paz en Madrid, este tipo de productos, «al poseer una leche ácida que está semi tratada, los niños la toleran muy bien y resulta muy saludable para su alimentación». Sin embargo, un reciente estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado las dos marcas líderes del mercado, Mi Primer Danone y Bebé de Nestlé, y revela, no sólo que no son una buena alternativa, sino que no cumplen con los requerimientos de un preparado de continuación.


Después de analizar el producto en el laboratorio, la organización sostiene que «no podemos considerar a mi primer Danone como un yogur elaborado cien por cien con leche de continuación, si bien es cierto que induce al error al leer en la etiqueta "Mi primer Danone con leche de continuación 2"». En cuanto a su valor nutricional, la OCU está convencida de que «aunque su contenido en proteínas, calcio y fermentos son correctos, aporta demasiadas calorías, sobre todo por su contenido en sacarosa, y sin embargo es pobre en lactosa y en grasas. La presencia de azúcar no es adecuada, además de no aportar nada a su dieta y en su composición se incluye goma guar, un producto que tiene un cierto poder alergénico que deriva de las legumbres». La OCU también analizó el otro producto y pudo comprobar que «la etiqueta de Nestlé indica que está elaborado con leche para bebé (no leche de continuación) definición que no se contempla en la normativa vigente. Aporta demasiadas calorías, proteínas y el contenido en grasa es pobre, aunque la presencia de calcio y de fermentos son los adecuados». En conclusión, desde la organización advierten de que «ninguno de estos dos productos cumple con los requerimientos de un preparado de continuación y coinciden en un excesivo contenido en sacarosa, en azúcar, lo que es un problema». Además, «los consumidores pagan por estos productos un precio elevado, alrededor de 2,5 euros, pensando en dar lo mejor a sus pequeños, y lo cierto es que estos yogures especiales no son adecuados para un bebé de 6 meses».


Pese al informe, los pediatras avalan el empleo de estos productos y, según la doctora Matilde Velasco Casares, pediatra del Hospital Sanchinarro del grupo Hospitales de Madrid, «las calorías que aportan no suelen ser relevantes ni algo en lo que los pediatras nos basemos para recomendarlos o no, sobre todo porque el bebé tiene la dieta muy bien definida». Para el doctor José Manuel Moreno, pediatra del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y miembro del comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), aunque estos productos «no son imprescindibles ni aportan nada diferente a la leche, son una alternativa más y facilitan la diversificación del menú diario».