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Trichet: «Vivimos los tiempos más dramáticos desde la I Guerra Mundial»

El economista francés apuesta por una supervisión más estricta de las políticas económicas europeas.

Trichet: tenemos la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial»
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Berlín- La delicada situación que atraviesan países como España, Grecia o Irlanda, sumidos todos en importantes problemas de déficit público, ha colocado a la UE en una posición muy apurada. Tan complicada es la misma que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, no dudó ayer en declarar que se están viviendo «tiempos verdaderamente dramáticos» para la economía, una situación que calificó como «la más difícil» desde la Primera Guerra Mundial.En una entrevista en el medio alemán «Der Spiegel», Trichet descartó categóricamente, no obstante, que el euro esté bajo ataque después de que la moneda única alcanzara el viernes el mínimo frente al dólar más bajo registrado en 18 meses, y calificó de «tonterías» las presuntas peticiones de los gobiernos de la eurozona formuladas a la institución económica para que actúe en este sentido, lo que pondría en duda la credibilidad e independencia del BCE. «No tiene nada que ver con que el euro esté siendo atacado. Tiene que ver con el sector público y, por lo tanto, con la estabilidad financiera en la eurozona. Está claro que la responsabilidad de los europeos pasa por adoptar las medidas apropiadas para contrarrestar las tensiones actuales en Europa», declaró.

SupervisiónTrichet abogó por un salto «cualitativo» en los mecanismos de supervisión de las políticas económicas europeas y descartó absolutamente la salida de Grecia de la UE. «No es una opción. Cuando un país entra en la unión monetaria, comparte con el resto de los países un destino común», sentenció. «Lo que necesitamos es un salto cualitativo de la supervisión mutua de las políticas económicas en Europa. Hay que mejorar los mecanismos que evitan y castigan las negligencias, y necesitamos aplicar este control de una manera eficaz, con las sanciones pertinentes contra todas las violaciones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento», añadió.De supervisión habló también ayer Barack Obama. El presidente de EE UU dijo que la reforma financiera que discute el Congreso pondrá fin a los excesos de las grandes instituciones y ayudará a evitar futuras crisis económicas. En su habitual discurso de los sábados, Obama añadió que su proyecto beneficiará a todos los estadounidenses, pero sobre todo a las pequeñas empresas que resultaron particularmente perjudicadas por la crisis.Al explicar los principios de la reforma, Obama manifestó que su responsabilidad no es sólo asegurar que el país se recupere de la recesión, «sino también garantizar que nunca más vuelva a ocurrir una crisis económica como ésta que impulsó la recesión».

Debates técnicosEl mandatario indicó que el avance del proyecto ha sido vacilante en las últimas semanas y se han sucedido las discusiones técnicas del proyecto «y mucha retórica a veces engañosa de aquellos que se oponen». Según el gobernante, los cuestionamientos técnicos y esa retórica han complicado el significado de la reforma para el estadounidense de a pie víctima de los abusos de las empresas financieras o de las emisoras de tarjetas de crédito, informa Efe.En su discurso dirigido a ese estadounidense, Obama aseguró que la reforma «representa las mayores protecciones para el consumidor financiero en la historia». Esa reforma, agregó, «ayudará a poner fin a las prácticas depredadoras y neutralizará a los prestamistas sin escrúpulos para ayudar a asegurar el futuro financiero de su familia».

Italia también mete la tijeraItalia estudia llevar a cabo una serie de ajustes en el ámbito de las pensiones y en los salarios de los funcionarios para reducir su déficit y relanzar la economía del país. Éstas son algunas de las medidas que, según informó ayer la prensa italiana, está preparando el Gobierno y que llegan pocos días después de que el Ministerio de Economía anunciara la necesidad de aplicar un programa correctivo por valor de 25.000 millones de euros para sanear las finanzas públicas.