Betis
Pandiani firma otra victoria mínima
SEVILLA- Álvaro Vázquez es un delantero de movimientos felinos y enorme clase, pero crudo como está, se hartó de fallar remates francos ante la portería de Casto. Lo sustituyó, mediada la segunda parte, «el rifle» Pandiani, casi una vieja gloria, pero aún con el gol entre ceja y ceja. El primer balón que tocó el veterano ariete, al cajón. Una espléndida banana de Dídac que el uruguayo mandó con la frente a la cepa del poste. Quedaba un cuarto de hora para el final y el Espanyol certificaba un triunfo, el tercero seguido por la mínima, al que se había hecho sobradamente acreedor.
En el polo opuesto, el Betis cosechó su quinta derrota seguida, que prolonga una racha negativa tras hacerlo perfecto en los cuatro primeros partidos del campeonato. Pepe Mel quiso detener la caída libre con un planteamiento muy conservador, pero está visto que un cuarteto de cámara no puede tocar «Paquito Chocolatero».
Planos y sin personalidad, el encuentro de los béticos consistió en aguantar de mala manera el chaparrón local y buscar, más por medio de un milagro que a través del juego, un golito. Así, en efecto, es casi imposible ganar, algo que hizo y mereció el Espanyol.
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