Toritos de souvenirs por Carlos ABELLA

Ciento cincuenta mil firmas de ciudadanos consiguieron en julio de 2010 que una mayoría soberanista votara en el Parlamento de Cataluña la prohibición de los toros a partir de enero de 2012. Pero la historia empezó cuando los primeros gobiernos nacionalistas sentaron las bases para potenciar la identidad propia, aunque fuera basada en la extirpación de la ajena. Y uno de los símbolos de esa distinción eran las corridas de toros. Los talibanes del «nosaltres» diseñaron una estrategia que culminará con la lidia en el ruedo de La Monumental del último toro. Al día siguiente, los urdidores de esta farsa creerán que los vientos del mítico Canigó y de la Tramontana soplan purificados de olor a sangre de toro y a axilas de españoles sudorosos, que aplauden fulminantes estocadas en el hoyo de las agujas. El cielo de Montserrat se seguirá nublando con el polvillo de los documentos quemados del Palau de la Música, y las costas de Garraf seguirán trayendo a sus acantilados la basura de los sacos del 3% que dejan los yates que surcan el precioso azul Mediterráneo.

El Gobierno del tripartito presidido por la incompetencia, el sectarismo, la estulticia, el nepotismo y la mezquindad habrá arruinado un poco más el prestigio de las instituciones, pero eso sí, pasará a la historia como aquel bajo cuyo mandato una minoría cercenó el derecho de otra minoría, con la misma complacencia oficial con la que dejó que los mismos activistas de la ILP taurina organizaran entretenidos referéndos por la independencia de Cataluña, y sofisticados ataques al pobre toro de Osborne.

Les animo a seguir con esa depuración, yendo tienda por tienda de souvenirs de Las Ramblas de Barcelona, de las playas de Lloret y Rosas, prohibiendo la venta de toritos negros, muñequitas vestidas con faralaes y discos de Manolo Escobar. ¡A por ellos! Ah, y gracias al supuesto jeque del emirato que se va a quedar con La Monumental por anunciar que la futura mezquita mantendrá la fachada mozárabe. ¡Qué enternecedor detalle!

Carlos Abella
Escritor