España
La indefinición del rescate griego golpea a España
La desconfianza se dispara mientras el nuevo plan sigue sin concretarse
MADRID- Por más que el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el coordinador de bancos centrales, haya sacado a España de la zona de riesgo en su último informe, cada vez que surgen tensiones en torno a Grecia, nuestra economía acaba pagando el pato. Aunque España y Grecia comparten problemas similares, como el desempleo, su bajo crecimiento o su falta de productividad, asegura el BPI que la percepción de los mercados con respecto a la economía hispana ha mejorado, lo que aleja el riesgo de un posible contagio.
Inversores privados
Pero la realidad se ha encargado esta semana de, cuanto menos, cuestionar este análisis. Superadas las dudas sobre si Grecia necesita un nuevo paquete de ayudas, la cuestión se centra ahora en cómo articularlo. Y el sistema que está cobrando fuerza, impulsado por Alemania, ha aumentado la desconfianza de los inversores privados en las economías más débiles, como la española, dado que contempla, precisamente, la participación de los acreedores privados. El Parlamento alemán aprobó ayer una resolución del Gobierno a favor de las ayudas a Grecia pero con condiciones, entre las que se contempla la participación de los acreedores privados. Tal y como defendió el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Shäuble, el sistema debe contemplar un intercambio «equitativo» de la carga del apoyo a Grecia entre los contribuyentes y el sector financiero. Para ello, ha propuesto que los acreedores privados amplíen en siete años los plazos de cobro de la deuda griega a través de la emisión de nuevos bonos que sustituirían a los actuales, pero con un plazo de vencimiento posterior aunque con el mismo tipo de interés.
El plan suscita recelos del BCE, pues las agencias de riesgo ya han advertido de que una participación sustancial del sector privado en el mismo –algunos cálculos lo cifran entre 20.000 y 35.000 millones de euros– será considerado como un impago de Grecia.
Efecto sobre España
La incertidumbre sobre el plan y sus posibles consecuencias han inclinado a los inversores a decantarse en los últimos días de forma masiva por los bonos más seguros, los alemanes, con lo que su rentabilidad cayó ayer del 3,03% al 2,961%. Esto, unido al incremento del rendimiento de la deuda española, desde el 5,440% hasta el 5,472%, situó ayer la prima de riesgo en 256 puntos básicos, su nivel más alto desde el pasado 11 de enero, un claro síntoma de que la confianza en España no es tan consistente como insinúa el informe del BPI.
Los efectos sobre los problemas del rescate griego golpearon también con fuerza a la bolsa. El Ibex 35 cayó un 1,69% y perdió los 10.000 puntos. Otro de los damnificados de estas turbulencias fue el euro, que retrocedió hasta los 1,4365 dólares.
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