El caso Carromero

Le esperaban dos mujeres

Dos mujeres aguardaban a que Barrios volviera al mundo exterior y ambas se declaran su esposa, aunque sólo una lo sea legalmente. Ahora, Yonni tendrá que solucionar el entuerto amoroso. Antes de salir, lo intentó: invitó a ambas a estar presentes en el momento de su rescate. Pero su esposa legal declinó la propuesta. Quizá hubiera sido mejor, podría pensar, haberse quedado bajo tierra. A 700 metros era todo un héroe

Le esperaban dos mujeres
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Barrios se ha encargado, en la profundidad de la mina, de curar las heridas de sus 32 compañeros y hasta de vacunarlos a todos de gripe y neumonía, gracias a sus conocimientos de enfermería, al kit de primeros auxilios y a los diversos medicamentos que les han entregado. En la superficie, Barrios más que curar, ha roto el corazón a dos mujeres. Las dos dijeron, cada vez que les preguntaron, que «lo aman» y las dos se describían (de cara a los medios de comunicación) como la esposa de Yonni Barrios. Marta Salinas, la mujer «oficial», de 56 años, se declaró horrorizada. Llevaba casi un mes paseándose con fotografías de los dos juntos y frases de apoyo, animándole a que se aferrase a la vida, cuando vio que otra mujer llevaba el mismo número de días con una estatua de la Virgen María con un pequeño retrato de Yonni en las manos. Era Susana Valenzuela, de 50 años, que mantiene una relación con el minero desde hace cinco años. Nunca quedó muy claro si Valenzuela sabía que era «la otra». Pero lo que es seguro es que en el momento en que ambas estuvieron al corriente, comenzaron los problemas para el marido y amante. Fue precisamente cuando el millonario empresario de la minería, Leonardo Farkas, decidió donar 5 millones de pesos (unos 8.000 euros) a cada minero. En ese momento saltaron chispas entre ambas. Valenzuela fue a pedir dicha cantidad, ya que llevaba años viviendo con el minero. Pero Salinas reaccionó a la velocidad de la luz y reclamó su derecho como legítima esposa de Barrios, que no tiene hijos con ninguna de las dos. Valenzuela, que es la única que ha ido a recibirle al ser rescatado, no se rinde y aseguró que a ella «los pesos» no le importan: «Estamos enamorados. Le esperaré a que salga». Y lo ha hecho.