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Secadores y planchas en entredicho
Ocupan un lugar privilegiado en los hogares de las mujeres, pero su uso continuado y la excesiva temperatura a la que se emplean provocan un pelo chamuscado, débil y que se rompe con facilidad
Pocas mujeres, por no decir ninguna, están conformes con la forma de su pelo. Las que lo tienen liso lo prefieren rizado y viceversa. Para satisfacer los gustos de cada una, existen herramientas para el pelo como los secadores y las planchas, capaces de darle la forma deseada al cabello. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, lo que se presentan como herramientas para el pelo, pueden llegar a dañarlo de forma considerable si no se usan correctamente. Lo primero que hay que hacer a la hora de utilizar el secador reside, según la doctora Aurora Guerra, jefa de la Sección de Dermatología del Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), «en no tenerlo a una temperatura excesivamente alta y no aproximarlo demasiado al cuero cabelludo». Por ello, y dada la cantidad de modelos y variedades que hay en el mercado, conviene asegurarse de que «tengan una potencia eléctrica variable que permita elegir mayor o menor velocidad y temperatura, así como un difusor de aire potente y accesorios para dirigir el aire a la voluntad de cada uno», matiza la doctora.
Uso imprescindible
Dejar que el cabello se seque al aire libre es, sin duda, la mejor opción para mantenerlo sano. Sin embargo, las prisas y el frío hacen imprescindible el empleo del secador. «Son poco aconsejables, aunque a veces necesarios. De usarlos debe hacerse a temperatura baja y con una gran difusión. Si empleamos temperatura elevada y lo concentramos en un punto determinado haremos que el "pelo hierva"o el llamado pelo en burbuja y acabará rompiéndose», advierte el doctor José Carlos Moreno, jefe de Servicio del Hospital Reina Sofía de Córdoba y miembro de la Junta Directiva de la AEDV.
Otra herramienta capilar cada vez más de moda es la plancha. Existen desde hace muchos años, pero lo cierto es que los fabricantes se han preocupado porque los materiales con las que están hechas protejan al pelo y no lo quemen. De ahí, el auge que han experimentado las de cerámica que, en palabras de Guerra, «pese a que todavía no hay demasiada experiencia, en principio sí se trata de un material que no suele dar problemas». Pero no hay que olvidar, según Moreno, que «desde la Antigüedad se conoce la alopecia por pinzas calientes, hasta hace poco exclusiva de la raza negra por su deseo de alisar el cabello». Desgraciadamente, las alternativas al secador y a la plancha son escasas. «Existen los productos químicos que alisan o rizan como las permanentes de toda la vida y el alisado japonés más reciente. Pero hay que tener en cuenta que son medidas permanentes y los cambios sucesivos castigan más al cabello», sostiene Guerra. En el caso de las permanentes, Moreno advierte de que «deben realizarla los profesionales ya que, en manos inadecuadas, pueden producirse daños irreversibles que no se solucionan hasta que vuelva a nacer el pelo».
Sí que es cierto que en el mercado de la cosmética capilar está trabajando para crear productos termoprotectores que mantienen al pelo indemne frente a las altas temperaturas a las que se le somete. A este respecto, Guerra añade que «tener, por ejemplo, el cabello hidratado siempre es bueno y lo protege y en eso consisten los protectores. Pero estamos ante una medida general porque no permiten que se use una temperatura más elevada de la necesaria». Sin embargo, Moreno se muestra más crítico ante estos productos porque, a su juicio, «protegen de forma moderada».
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