Pekín

Contador presunto inocente

Dos ciclistas a punto de sanción y cinco sospechosos, avisan en el CSD. Ninguno de ellos es Alberto. España va a endurecer la Ley Antidopaje

Ezequiel Mosquera, acusado de dopaje
Ezequiel Mosquera, acusado de dopajelarazon

MADRID- El ciclismo es como el rayo que no cesa y en el nodo de la terrorífica película que involuntariamente protagoniza Contador, el CSD, por boca de Albert Soler, su director general, anuncia: «Hay dos ciclistas en la fase final –positivos pendientes de sanción– y otros cinco sospechosos por sus valores hematológicos. Rotundamente, ninguno de ellos es Contador». En este sacrificado y desgraciado deporte, la paz empieza nunca.

España lucha con todas sus fuerzas, todos los medios a su alcance, y una Ley Antidopaje que se va a endurecer, contra la lacra; «mas la Justicia es lenta, pero segura». Así lo manifestaron en el Foro Ferrándiz/As Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte; Albert Soler, director general del CSD, y Javier Martín del Burgo, director de la Agencia estatal Antidopaje. Preguntados por si creían en la inocencia de Contador, la respuesta general fue una evasiva y, en el fondo, colegiada: «No somos quiénes para determinar si es o no inocente. Nosotros no juzgamos. Partimos de la presunción de inocencia», por un estudio «analítico adverso, que no positivo».

Con dos proscritos en ciernes y cinco sospechosos más, poner la mano en el fuego por un ciclista resulta harto atrevido y demasiado peligroso. Tampoco comparte Lissavetzky lo que dice Ettore Torri, fiscal antidopaje del CONI, que «todos los ciclistas se dopan». Y mucho menos que España sea laxa en la lucha contra los tramposos. Se practican anualmente más de 7.000 controles y se pone cerco al mal: en 2008 hubo 125 resultados adversos, no positivos; en 2009, 77; y en 2010, 60. No llegaron al 60% los positivos.

A los deportistas becados por el ADO les someten a dos o tres controles anuales; y hay 2.700 «DAN» (Deportistas de Alto Nivel) que también pasan uno o dos controles. Las Federaciones están advertidas: la que no siga las pautas, se queda sin subvención, y los becados que no cumplan a rajatabla con el reglamento (localización para los controles por sorpresa y limpieza absoluta para cumplir con la tolerancia cero) se quedan sin premio. Lo inevitable es que ocurran hechos tan bochornosos como el de Maribel Moreno. La ciclista olímpica pasó dos controles antes de ir a Pekín, pues, bien, «en el aeropuerto de Barajas, antes de subir al avión, se inyectó una pequeña dosis». La pillaron y el deporte español tuvo que cargar con el baldón.

Cada positivo del deporte español provoca una oleada de críticas en el extranjero. Y no es consuelo que en los últimos tres años en Italia hayan cogido en renuncio a 10 ciclistas y en España, a 11. Ha sido trascender lo del clembuterol de Alberto Contador y la presión exterior se ha disparado. «The New York Times» denuncia presencia de productos plastificantes en el organismo del pinteño y lo denuncia como un oprobio. Sin embargo, no exige que las grandes ligas profesionales de Estados Unidos firmen el Código Mundial Antidopaje.

La Ley tiene que ser para todos igual, y la presunción de inocencia un hecho, no una figura retórica del código penal.