Sevilla

Quiero ser vasco

La Razón
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Arenas dice que Manuel Chaves ha pasado de presidente de Andalucía a ejercer de vicepresidente contra ella. Y es posible que sea cierto porque este jueves Chaves ha ejercido de lo segundo en Sevilla acusándonos de antipatriotas a quienes no aceptamos el chalaneo que se han traído con el PNV para aprobar los presupuestos. Según Chaves, darles esos 472 millones a los nacionalistas es una razón de Estado que no sabemos apreciar quienes no contemplamos la gravedad de una hipotética caída del Gobierno y la pérdida de credibilidad internacional que produciría la ausencia de presupuestos. Según lo dicho, el patriotismo para Chaves es una ecuación fácil de resolver que reduce su expresión a que lo más patriota es tragar siempre, sea lo que sea y al precio que sea, so pena de pasar por antiespañol quien no lo vea de ese modo.
Así pues, la alternativa para ejercer de español que nos ofrece Manuel Chaves es la de elegir entre susto o muerte, negociar con el PNV o debilitar la nación, de manera que pasito a pasito, tacita a tacita de patriotismo negociado, hemos conseguido que vascos y andaluces logremos parecernos tanto como un huevo a una castaña dentro de esta supuesta misma patria.
Con los 472 millones, el País Vasco se sitúa como segunda comunidad con mayor partida disponible para su política de empleo, aun no siendo la segunda en número de habitantes, ni en el de parados ni en el de empresas, que son los índices que podrían determinarla más objetivamente. Mientras Andalucía dispone de 900 euros por cada parado (790 millones entre 877.000 parados), los vascos dispondrán de 3.635 (472 millones entre 129.293), a lo que hay que sumar las diferencias en educación (5.000 euros de gasto por alumno en el caso andaluz frente a los casi el doble, 9.800 euros, del País Vasco), o en el gasto sanitario, donde de ser nosotros los cuartos por la cola nos enfrentamos a que los vascos sean los primeros (1.180 euros frente a 1.623).
Tacita a tacita de patriotismo, hemos conseguido ponernos a años luz de otros ciudadanos del mismo país con la cínica finalidad de no desprestigiar la credibilidad internacional de nuestra patria. Dentro de ella somos su hazmerreír permanente, sin credibilidad interna que valga, donde 180.000 propagandísticos euros destinados a indemnizar a las mujeres vejadas en la Guerra (unas 100 mujeres en total) deterioran más nuestra imagen que 472 millones entregados al País Vasco a través del PNV. Es la ventaja que ellos tienen porque el resto de españoles no podamos elegir.