Pensado sólo para un nivel superior

La carrocería L del Audi A8 es el absoluto buque insignia de la firma alemana. Trece centímetros más largo que la versión berlina, pasa a tener 5,27 metros, lo que lo convierte en una vehículo de representación con todas las consecuencias. Es una especie de palacio rodante con una insonorización interior que convierte el habitáculo del coche en un salón hermético en donde los únicos ruidos son los que quieran generar el conductor y pasajeros con la charla, la música producida por el excelente equipo de música o las imágenes de DVD.

El A8 L es el claro exponente de los coches de representación que disfrutarán jefes de Estado, altos cargos administrativos del mundo entero y magnates. En cierta medida, sus señas de identidad van parejas a esa filosofía. No es un coche para conducirlo, sino para viajar detrás y que te lleven. Conducirlo es sorprendente, en cualquier caso, porque las enormes velocidades que es capaz de conseguir pasan completamente desapercibidas por varias razones, como la insonorización interior comentada, la enorme potencia de los motores y el volumen y peso del conjunto.

Las autopistas alemanas con velocidad libre son el terreno perfecto para demostrar la potencia y cualidades del A8 L. Los 250 km/h se consiguen con una increíble facilidad. Y con una sensación de confort y ausencia de ruidos exteriores asombrosos. Los asientos traseros, butacones independientes, tienen todas las posibilidades reales para reclinar el respaldo, variar la longitud de las enormes banquetas, adoptar casi la superficie plana para que el descanso sea lo más completo posible.

Recuerda a los asientos de primera clase en los aviones transoceánicos en los que puedes incluso usar pijama. Resulta obvio que el manejo del sonido se puede realizar desde atrás, puedes acceder a internet, ver películas en alta definición, tomar una copa o cualquier cosa que redunde en comodidad. Si el A8 L lo tiene todo para el pasajero, también es un gusto conducirlo. Está disponible en tres motores de gasolina, que van desde los 372 caballos hasta el impresionante W12 de 500 caballos y otras dos mecánicas diésel que consiguen 250 ó y 350 cv respectivamente. Potencias más que suficientes para mover, no con soltura, sino con gran rapidez la enorme mole del A8 L.

Como es lógico, una berlina de este calibre está plenamente capacitada para admitir un blindaje completo para el caso de vehículo de personalidades. Los precios del nuevo A8 L de Audi comienzan en los 77.920 euros€para el 3.0 litros TDI y finalizan en los 151.790 euros del poderoso W12 de 500 caballos. Entre medias, las sumas totales oscilarán, dependiendo del equipamiento más o menos sofisticado que el cliente desee. En el caso del W12, el más alto de gama, se presenta con todas las posibilidades que el fabricante ha pensado para esta enorme berlina de lujo que, a pesar de su peso y su potencia, ha conseguido rebajar sus consumos en más de un veinte por ciento.