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Buenas noticias del Rey

La Razón
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Con el profundo afecto que desde hace décadas le profesa a Don Juan Carlos, la inmensa mayoría de los españoles ha acogido con satisfacción el feliz desenlace de la intervención quirúrgica a la que fue sometido ayer en el Hospital Clínico de Barcelona, sentir al que se suma plenamente LA RAZÓN. El nódulo pulmonar extirpado no es cancerígeno, por lo que el horizonte médico del paciente es de plena normalidad, a la que volverá en unos quince días. Así lo pone de relieve también el hecho de que el Príncipe de Asturias, de viaje a Costa Rica para asistir a la toma de posesión de la presidenta Laura Chinchilla, no haya interrumpido su agenda oficial. Por tanto, ni siquiera se ha planteado como mera hipótesis la adopción de las medidas previstas por la Constitución para una eventual inhabilitación del Jefe del Estado. El artículo 59 de la Constitución, en su punto segundo, establece que el Príncipe heredero asumirá la Regencia «si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales». A sus 72 años, el Rey tiene el privilegio de disfrutar de una excelente salud y de superar con muy buena nota sus chequeos clínicos anuales.

Es natural, y así lo entiende todo el mundo, que los detalles médicos del Jefe del Estado permanezcan en reserva, salvo que por razones de interés general convenga hacerlos de dominio público. En todo caso, debe evitarse que la salud de Don Juan Carlos se convierta en objeto de especulación, de suspicacias o de interpretaciones delirantes sobre las que no tardarían en arrojarse determinados programas sensacionalistas de televisión. Por lo demás, cabe subrayar la transparencia y eficacia con la que ha actuado el equipo médico dirigido por el doctor Laureano Molins, quien no dudó en responder a todo tipo de preguntas y en despejar sin excepción las incógnitas planteadas. También son dignas de destacar las cálidas reacciones de los diferentes líderes políticos, desde el presidente del Gobieno, que elogió la fortaleza de Don Juan Carlos, hasta la de Mariano Rajoy, que reiteró su adhesión al Rey y a la Monarquía, pasando por el líder de IU, Cayo Lara.

Especialmente reseñables son las palabras del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, que mantuvo con el Rey una entrevista en La Zarzuela el día anterior a la operación. «Es un hombre con una integridad y un valor personal totales», manifestó el gobernante norteamericano, quien ayer dedicó también encendidos elogios a los soldados españoles destinados en Afganistán. No cabe duda ninguna de que la figura de Don Juan Carlos sigue siendo el principal activo de España dentro y fuera de nuestras fronteras y es en ocasiones especiales como ésta cuando se pone claramente de manifiesto su capacidad para concitar afectos y suscitar admiración. En esta coyuntura económica y social aquejada de graves desajustes y rodeada de incertidumbres, es una suerte para todos los españoles que el Rey pueda retomar dentro de pocos días su agenda de trabajo habitual y que se recobre la normalidad institucional. Aunque, eso sí, debería pensar en dejar los puros.