El «Día de la Humillación» aviva el furor nacionalista

PEKÍN- Portan retratos de Mao Tse Tung, gritan insultos contra los «demonios japoneses» y agitan pancartas en las que piden que su Gobierno reaccione con contundencia. Los más exaltados hablan incluso de dar una «lección atómica» a sus vecinos y son capaces de destrozar un coche en plena calle por el mero hecho de llevar el escudo de una compañía nipona. «Japón tiene que saber que no puede reírse de China. Si no nos escuchan, pagarán las consecuencias», decía ayer un estudiante imberbe frente a la embajada japonesa. Los ultranacionalistas chinos que se han manifestado en los últimos díasson una diminuta minoría y suinstrumentalización para presionar a Tokio ha quedado patente en otrasocasiones. Sin llegar a extremos violentos, la mayoría de los chinos alberga un sentimiento «antijaponés» que forma parte de suidentidad nacional actual. El propio himno chino es una adaptación de una canción patriótica contra los «demonios invasores» aparecida en1935, durante la ocupación de Manchuria. Aunque se ha ido suavizando con el paso del tiempo, la educación china sigue avivando esta llama y periódicamente se exhorta a la población a «no olvidar». Las atrocidades que cometieron los «malvados japoneses» durante la SegundaGuerra Mundial ha dado pie a todo un género en el cine chino y muchos de estos «clásicos» se proyectan en las escuelas. Se trata de recordar, exagerado hasta el paroxismo, las atrocidades cometidas por el Imperio del Sol Naciente (equiparables a las de la Alemania nazi en Europa). Paradójicamente, la cultura japonesa es tremendamente popular entre los más jóvenes, que devoran dibujos animados, cómics, películas y música de sus vecinos. El fervor anti-japonés podría alcanzar su momento álgido hoy, cuando en China se conmemora el «Día de la Humillación». Y es que fue el 18 de septiembre de 1931 cuando las tropas invasoras iniciaron la guerra contra China. Desde la liberación, cada año se realizan todo tipo de actos para recordarlo. La disputa de las islas Diaoyu/Senkaku hace que la cita tenga hoy un contenido emocional añadido. «Desde 1990, el nacionalismo ha reemplazado al comunismo como ideología que legitima el régimen de un solo partido y esto requiere avivar sentimientos antioccidentales y antijaponeses, algo que nunca fue difícil en China», recordaba la semana pasada Ian Buruma editorialista del «South China Morning Post» de Hong Kong.