El Cairo
Yemen: decenas de muertos en nuevos enfrentamientos en Saná
El miedo a que los enfrentamientos en la capital yemení, Saná, degeneren en una auténtica guerra entre tribus y clanes aumentó ayer después de que los combates se recrudecieran a lo largo la noche, dejando a decenas de personas muertas o heridas.
Los enfrentamientos y los disparos se prolongaron desde el miércoles por la noche y se extendieron durante el día de ayer. Los combates llegaron a varias zonas de Saná. Mientras, en las afueras de la capital se pudieron escuchar fuertes explosiones, probablemente, de armas más pesadas que simples granadas y morteros. Un depósito de municiones fue supuestamente bombardeado por las tropas leales a Saleh, así como la residencia del jefe tribal, Sadiq Al Ahmar, quien apareció, posteriormente, en público sano y salvo. Desafiante el líder pidió a los demás líderes tribales que le apoyen. Al Ahmar es el jefe de la confederación tribal Hashid, la más grande y potente de Yemen por lo que el cabecilla podría echar mano de su influencia en el país mediante sus vínculos familiares y lealtades tribales para derrocar a Saleh. «El pueblo está con nosotros. Ali Abdala Saleh saldrá del país descalzo», declaró desafiante el jeque a Efe.
Al Ahmar declaró estar dispuesto a un alto el fuego si Saleh se marcha y, siempre y cuando, sean sus fuerzas las que dejen las armas en primer lugar. Sin embargo, el Gobierno yemení tampoco parece dispuesto a ceder y ordenó ayer la detención del jeque y sus nueve hermanos, que controlan las milicias opositoras. En el plano diplomático, lo que hasta ahora eran llamamientos a la negociación, se han convertido en peticiones de alto el fuego. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, exigió ayer a ambas partes que detengan la violencia. Los líderes del G-8, reunidos en Francia, se unieron a las peticiones de la jefa de la Diplomacia estadounidense. París culpó directamente a Saleh de la situación actual, pues los combates del pasado domingo se desataron tras su rechazo al acuerdo de transición, que renunció a firmar. Ayer, EE UU ordenó evacuar a su personal diplomático no esencial así como a todos sus ciudadanos residentes de Yemen.
Otro «viernes de la ira»
Reino Unido se unió a la medida y pidió a sus nacionales que abandonen el país, que hoy se prepara para otro día de multitudinarias protestas para pedir el fin del régimen de Saleh, que lleva en el poder más de 30 años y ha hecho oídos sordos ante la presión popular desde que comenzaron las manifestaciones el 27 de enero.
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