China
La economía mundial crecerá un 45% en 2012 aupada por las potencias emergentes
A pesar de la crisis de deuda que golpea a Europa, de los terremotos que azotan Japón y de las revueltas populares que vive Oriente Medio, la economía mundial seguirá creciendo, o así lo cree al menos el FMI. De la máquina tiran los dos gigantes asiáticos, China e India, cuyo crecimiento este año será de un 9,6% y un 8,2%, respectivamente.
La economía del planeta continuará con la lenta pero imparable recuperación en 2011 y 2012, con alzas del 4,4 % y del 4,5 %, pese a las sombras que proyectan las revueltas de Oriente Medio, la tragedia de Japón o la crisis de deuda europea.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado hoy el último informe sobre las "Perspectivas Económicas Mundiales", en el que dibuja un panorama de recuperación mundial que se extiende tanto por las economías avanzadas como por las emergentes, aunque cargado de incertidumbres.
Tras la grave crisis financiera de 2009, el mundo se apuntó en 2010 una expansión general del 5 %, pero con grandes diferencias entre ricos y pobres. Para 2011 y 2012, opina el Fondo, estás dos velocidades se habrán acompasado algo más, es decir las naciones ricas crecerán más intensamente, en tanto que las emergentes tendrán que hacer frente a grandes riesgos, entre ellos el del sobrecalentamiento económico.
Para las economías avanzadas, el FMI prevé para este año un crecimiento del 2,4 %, y para el próximo del 2,6 %. El mundo en desarrollo y los países emergentes aumentarán su riqueza este año y el próximo en un 6,5 % anual. Destacan en especial dos gigantes, China y la India. El primero tiene previsto crecer un 9,6 % y un 9,5 % este año y el próximo, en tanto que el segundo se anotará un 8,2 % y un 7,8 %, respectivamente.
El crecimiento de la economía también tiene riesgos
El crecimiento mundial, apunta el Fondo, no estará exento de riesgos. Los más inmediatos para los países ricos son el alto desempleo, del que no consiguen desembarazarse, así como las reformas del sistema financiero y el recorte del gasto público y el déficit.
Para los países emergentes, y especialmente Latinoamérica, el mayor peligro es el del sobrecalentamiento, es decir, crecer por encima de sus capacidades, lo que podría llegar a disparar los precios y a estropear su buen momento económico.
El FMI recomienda a las autoridades de la región tomar medidas para controlar las presiones inflacionarias motivadas por la "fuerte entrada de capitales"y los ingresos derivados de "los altos precios de las materias primas"ante las buenas perspectivas económicas.
Los factores económicos y los sociales se entrecruzan
El Fondo advierte de otros factores que, sin tener un impacto fuerte en el crecimiento, podrían crear tensiones sociales, como ha ocurrido en Oriente Medio con el encarecimiento de los alimentos. El FMI reconoce que esta subida de los precios de las materias primas y de los alimentos "representa una amenaza para los hogares pobres y exacerba las tensiones socioeconómicas, particularmente en Oriente Medio y el Norte de África".
El Fondo reconoce estar vigilando de cerca la propagación de las revueltas sociales en la zona, que de momento está elevando la prima de riesgo de la deuda soberana, frenando el turismo y reduciendo las inversiones extranjeras de los países afectados.
La región de Oriente Medio y Norte de África crecerá este año un 4,1 %, una décima menos que lo proyectado hace seis meses, aunque el Fondo ha corregido a la baja ampliamente las previsiones para Egipto, cuya economía espera que se expanda un 1 % este año, y de Túnez, un 1,3 %. Hace apenas seis meses, el Fondo preveía para ambos un crecimiento de cerca del 5 %. El FMI asegura que esta región afronta "desafíos de enormes proporciones", entre ellos el alto desempleo, que es además crónico y afecta a la gente joven y preparada.
Otro de los factores a vigilar es la subida del petróleo, pero los expertos del organismo apuntan que con la información que tienen sobre la mesa "los trastornos ocurridos hasta ahora tendrán apenas efectos mínimos sobre la actividad económica".
Tampoco se puede obviar el devastador terremoto y el posterior tsunami que golpeó a Japón el 11 de marzo. De momento, dice el Fondo, "el impacto macroeconómico proyectado es limitado"aunque, reconoce, las "proyecciones están rodeadas de gran incertidumbre". De hecho, el FMI ha elevado en tres décimas las expectativas de crecimiento de Japón para 2012, al 2,1 %, aunque la de este año ha sido rebajada en dos décimas, al 1,4 %.
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