Primarias con guasa por Lucas Haurie

La medalla de oro que ayer nos regaló Marina Alabau se gestó hace ocho meses cuando la regatista del Club Náutico de Sevilla, número uno del ranking mundial de la ISF, se aseguró su plaza en el equipo español en detrimento de la número tres del ranking mundial de la ISF, la regatista del Club Náutico de Sevilla Blanca Manchón. No son las mejores amigas del mundo, desde luego, ni pueden serlo porque el sueño de la una, la participación olímpica, se cimenta sobre la pesadilla de la otra, la contemplación de la prueba más importante desde el sofá de casa. ¿Defenderá la campeona su cetro en Río de Janeiro? Pues es muy probable que no, pero no porque su paisana le vaya a arrebatar la representación de España en el campo de regatas, sino porque está prevista la amputación del windsurf del programa olímpico. Se decidió en una ajustada votación de la federación internacional de vela en la que el representante español decidió con su sufragio (18 contra 19) por la inclusión del kitesurf en detrimento del RS:X. Dijo que se había equivocado, pero las dos sevillanas sospechan que la intervención de una multinacional ha influido en el despiste. El caso es que se trata del patrocinador de una deportista catalana que, gracias a ese fallo, podrá participar en unos Juegos. Enfrentadas desde niñas, Marina y Blanca son ahora aliadas en una batalla jurídica para revertir la decisión que impedirá a nuestra primera, ¿y única?, medalla de oro en Londres competir en 2016. Si no lo hace, que sea porque alguien ha acumulado más méritos que ella. Lo suyo sería que se organizaran unos «trials» debajo del puente de Triana.