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La hora de los econeumáticos
A partir del 1 de julio deberán contar con un etiquetado energético, como el de los electrodomésticos, que medirá también el ruido
La revolución de los neumáticos está a punto. Dentro de cuatro meses, el próximo 1 de julio, será obligatorio la incorporación del etiquetado energético de los neumáticos en los turimos comercializados en los países miembros de la Unión Europea. Las gomas, tal y como sucede ya con los electrodomésticos, contarán con una etiqueta energética que en este caso irá desde la clase G hasta la A (no habrá A+, ni A++, ni A+++), siendo los de la A, B y C los más sostenibles y los G, los menos ecológicos.
Sólo en España la incorporación de neumáticos sostenibles en todos los turismos que se comercializarán en 2012 permitiría ahorrar más de 125 millones de euros en carburante y evitaría la emisión de unas 160.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) aproximadamente durante los próximos tres años, según los cálculos del Grupo Andrés, distribuidor de los neumáticos Nankang en España y Portugal.
Más sílice
En concreto, los neumáticos más ecológicos que existen actualmente en el mercado permiten ahorrar hasta 120 euros de carburante por cada 15.000 kilómetros recorridos, frente a los tradicionales. Y eso según el cálculo del precio del combustible actual, un coste en constante ascenso.
La etiqueta energética tendrá en cuenta varios aspectos: nivel de resistencia a la rodadura, agarre en mojado y ruido de rodadura. Pero ¿qué hace que unos neumáticos sean más sostenibles que otros? El sílice que contienen. En concreto, «los más ecológicos llevan entre dos y tres veces más sílice que los neumáticos tradicionales», explican a este semanario fuentes del Grupo Andrés. Este material permite que tengan menos resistencia a la rodadura y que, por tanto, consuman menos combustible. Si bien «frenan igual o incluso más, gracias al diseño de la banda e incluyen unos canales de drenaje que favorecen la eliminación del agua», añaden las mismas fuentes, que reconocen que los neumáticos más ecológicos cuestan entre un 10 y un 15 por ciento más que los tradicionales, un sobrecoste que se amortiza con el ahorro de combustible.
«Además –prosiguen–, al tener menos resistencia a la rodadura generan menos decibelios (dB), de 72-72 dB bajan a 70», permitiendo así que el ruido en las ciudades por el tráfico rodado disminuya. Este factor se indicará en la etiqueta a través de ondas sonoras. Una onda querrá decir que el neumático que está a punto de comprar es el más silencioso y tres, que es el que más dB genera. De modo que a la hora de comprar, el conductor podrá elegir qué neumático le viene mejor no sólo por la marca o el precio inicial, sino también por el ahorro de carburante y el ruido exterior. Un ahorro que puede llegar a 300 euros durante la vida útil de los neumáticos de su vehículo en caso de seleccionar los que presentan una mayor eficiencia, los A, frente a los G, según estimó en su día Goodyear Dunlop.
En un futuro, es previsible que los compuestos aromáticos altamente volátiles también desaparezcan de los neumáticos. Si bien en la actualidad los fabricantes de las gomas no van a tener que hacer frente a este reto, ya que todavía no está contemplado en la normativa. Pero lo más seguro es que acabe sucediendo, tal y como estiman desde el distribuidor de neumáticos Nankang, cuyas gomas de invierno, que ya no cuentan con estos compuestos, han evitado un litro de este «aceite» durante la vida útil de cada neumático.
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