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Lágrimas de mujer de hierro

Pocas veces se permite la licencia de mostrar sus sentimientos. En ocho años de Gobierno, las lágrimas de Esperanza Aguirre casi se podrían contar con los dedos. Sin embargo, hay un día en el que se olvida de las cámaras y de mantener su imagen de mujer «de hierro» y dedica unas palabras a su familia.

Aguirre, junto a su hijo Fernando, que acudió con su mujer, sus tías, primas y abuelas a la tercera toma de posesión de su madre como presidenta de la Comunidad
Aguirre, junto a su hijo Fernando, que acudió con su mujer, sus tías, primas y abuelas a la tercera toma de posesión de su madre como presidenta de la Comunidadlarazon

Es el día de su toma de posesión como presidenta de la Comunidad, que se producía ayer después de un año en el que ha tenido que someterse a la dura prueba que supone la operación de un cáncer y en el que ha recibido un apoyo mayoritario de los madrileños. El discurso fue breve, pero emocionado y sincero y, pese a que la voz se le quebró en cuando se dirigió a los suyos, logró terminarlo sin que el llanto estallara. El «clan Aguirre-Gil de Biedma» casi al completo acudió a presenciar el «prometo» de la que hasta hace nada ha sido la única presidenta de una Comunidad mujer.

«Ha habido momentos duros en los últimos meses», comenzó. Y por acompañarla con la discreción que ya les caracteriza, Aguirre quiso dar las gracias uno a uno. Tras recordar «a los que se han ido» y a los que han venido, sus nietos Beatriz y Fernando, a sus siete hermanos, su madre, sus suegros, sus hijos y sus nueras, «porque sus mejores y más leales consejeros», llegó el turno de su marido. «Sólo hablo de él una vez cada cuatro años. Y hoy, toca». Aguirre declaró su amor a su marido frente a cientos de invitados y mirándole a los ojos. «Es la persona más importante de mi vida y en especial de mi vida política», afirmó. «Es la persona más discreta, educada, sensata y cariñosa que conozco», afirmó. Además, destacó su «profundo sentido del patriotismo. Por eso, siempre va a estar dispuesto a hacer lo que crea mejor para España y para los españoles».

De la piña Aguirre-Gil de Biedma destacó que «sin ellos no estaría aquí, son los cimientos sobre los que reposa mi vida política y toda mi vida» y por último quiso dirigirse a las personas que la acompañan de su gabinete y del partido, «porque está compuesto por gente de una inmensa calidad humana». Aguirre provocó lágrimas entre los invitados durante el discurso y logró ponerlos a todos en pie cuando finalizó.