Cataluña

Volver a la disciplina que hizo nacer el euro

Hoy, ningún país cumpliría los requisitos del Tratado de Maastricht

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Madrid- La necesidad de fijar un límite a las cuentas públicas no es otra que la vuelta a los principios que inspiraron el proceso de integración de la Unión Europea, que tuvo su origen en el Tratado de Maastricht, en 1992, y que acabó con la creación del euro. Hoy, casi veinte años después de su firma, los criterios económicos que se impusieron para alcanzar una convergencia real entre los distintos países han quedado en el olvido. Hasta tal punto que ningún país de los que integran la eurozona cumpliría hoy con todos los objetivos de deuda, déficit, inflación y tipos de interés que once países aprobaron en mayo de 1998, entre ellos España. Entre mayo de 1998 y hoy la economía europea ha sufrido una auténtica catarsis. Dos de los once países que cedieron la soberanía de sus divisas al euro el 1 de enero de 1999 –la moneda única no llegó a los bolsillos de los ciudadanos europeos hasta el 1 de enero de 2020–, Irlanda y Portugal, han tenido que ser rescatados para evitar que entraran en suspensión de pagos.

El rescate griego
Un tercero, Grecia, que no se incorporó al euro hasta el 1 de enero de 2001, va ya por el segundo rescate y ha estado a días de ir a la bancarrota. Otros dos más, España e Italia, han sufrido en los últimos meses, especialmente en las dos primeras semanas de agosto, feroces ataques de los especuladores, sabedores de los fuertes desequilibrios de las dos economías.
Y es que la crisis económica ha llevado las cuentas públicas españolas hasta niveles desconocidos de paro, decrecimiento económica, déficit público y deuda. España, que había llegado al verano de 2007 con una cifra de desempleados por debjo de 8%, «presume» hoy de la mayor tasa de paro de Europa, con cerca del 21%, según la EPA.

Números rojos
La economía ha pasado de crecer el 3,6% en 2007 a desplomarse un 3,7% apenas dos años después, en 2009, en el peor registro que se conoce en el pasado reciente. Habría que remontarse a 1993 para encontrar una contracción del PIB en España, que en aquella ocasión no pasó del 1%.
Pero donde mayor impacto ha tenido ha sido en las cuentas públicas. España, que había llegado a obtener superávits presupuestarios en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, sueña con volver a cumplir los compromisos de tener un 3% de déficit en el año 2013. Le queda el triste consuelo de que en ese camino no viaja solo. Francia y alguna otra gran economía europea están en idénticas condiciones.
La economía española cerrará 2011 con unos número rojos equivalentes al 6% del PIB, lo que equivale a decir que el desfase entre los ingresos y los gastos será de 64.890 millones a favor de éstos. En 2009, las cuentas públicas tocaron suelo al llegar al 11,2% del PIB, o lo que es lo mismo, más de 118.000 millones de euros.
El caso de la deuda es muy similar, aunque se partía de una situación envidiable: sólo el 36,2% del PIB, que se duplicará este año.


Cómo meter en cintura a las autonomías
- El déficit de las comunidades autónomas ha sido una los aspectos más criticados por las agencias de calificación de rating de la economía española. Sobre todo por las pocas posibilidades del Gobierno para impedir el derroche algunos ejecutivos regionales. En 2010, los números rojos de las CC AA ascendieron a 30.000 millones de euros, un 2,83% del PIB.
- El acuerdo entre PSOE y PP fijará por vez primera un tope para las cuentas públicas de los gobiernos regionales, lo que a su vez obligará a las autonomías a adaptar la realidad legal a sus estatutos. Desde el País Vasco y Cataluña se han alzado ya las primeras voces en contra.


Alemania impone su ley
- Alemania es la mayor economía que tiene fijado un techo de déficit en la Constitución. Sus cuentas públicas no pueden tener unos números rojos de más del 0,35% del PIB.
- Merkel y Sarkozy alcanzaron un pacto para retirar los fondos de cohesión a los países que incumplan el déficit. Curiosamente, en 2003, ambos países se saltaron el límite establecido en la estabilidad presupuestaria.
La carta del BCE ¿que nunca llegó a destino?
- José Blanco aseguró ayer al término del Consejo de Ministros no tener «constancia de que haya existido una carta del Banco Central Europea dirigida al presidente del Gobierno» o a alguno de sus miembros.
- «No busquen agua donde no hay», dijo, tras negar también que el BCE hubiera exigido una reforma de la Constitución.