Cataluña

El mesías por Toni Bolaño

La Razón
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«Tots amb el president» se augura como lema electoral de CiU en unas elecciones en las que se pretende votar con sentimiento, con el corazón. Casi como una cuestión de fe en un líder que nos llevará a la tierra prometida. Como un mesías que guiará al pueblo catalán por su travesía del desierto. Con un lenguaje épico, plagado de metáforas y parábolas, y apropiándose de la representación de todo el pueblo catalán, Mas repite una y otra vez que nos llevará a Ítaca, aunque muchos nos conformamos con que, simplemente, no hunda el barco. Tal y como están las cosas, suficiente.
El presidente-candidato ha convocado elecciones y algunos se pensaban que con esta convocatoria el objetivo estaba claro, la independencia. Pues va a ser que no. Los catalanes hemos de iniciar una travesía del desierto pero el destino final es una incógnita. Mas no habla de independencia, ahora habla de estado propio y de autodeterminación, lo que según Duran no es lo mismo, configurando una cortina de humo que pretende llevarse todos los votos independentistas que pueda, a la vez que no perder ni un voto en el nacionalismo moderado, descolocado en la nueva aventura.
El candidato Mas mantendrá hasta el 26-N su ambigüedad, su indefinición. Siempre le ha dado buenos resultados a la hora de embaucar al mayor número de ciudadanos posible en ese camino por la transición nacional, aunque no se sepa muy bien cuál es el destino. De momento, en el punto de partida Mas todavía no tiene ni víveres, ni pertrechos, ni brújula, ni aliados para emprender esa compleja senda que se propone andar. Por no tener, no tiene ni a los vascos. Poco tiempo ha perdido Urkullu en desmarcarse de iniciativas con arrancadas de caballo pura sangre y paradas de burro, terco claro. Quizás se acuerde de Ibarretxe.
Por si fuera poco, el presidente-candidato, ungido y henchido de nacionalismo, apuesta por un referéndum diga lo que diga el Estado. Duran, desde Madrid, se cura en salud y afirma contundente «nosotros no vamos a saltarnos la Ley». Como Groucho Marx, Artur Mas lo tiene claro. «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Es una cuestión de principios, aunque si no les gustan tiene otros. También esto es de Groucho Marx y Cataluña se parece, cada día más, al famoso camarote.